Marcelo Ebrard hizo lo correcto al proponer que se elija al nuevo dirigente nacional del PRD por medio de voto directo. También hizo bien al señalar que con la dirigencia actual -de los chuchos- el PRD es un mero partido satélite a las órdenes de Enrique Peña Nieto.
Evidencias de esto sobran, empezando por las declaraciones de Jesús Ortega, líder de los chuchos, quien dijo el pasado 13 de septiembre que está a favor de la reforma fiscal de Peña Nieto.
De acuerdo con El Heraldo de San Luis Potosí, Ortega apoyó la reforma que lesiona a la clase media alegando, por ejemplo, que "el IVA a colegiaturas deberá cobrarse, porque los ricos son los que tienen los recursos suficientes para pagar una escuela privada a sus hijos, como en el caso del magnate, Carlos Slim."
Esa declaración es súmamente ignorante. Para empezar porque no sólo los ricos mandan a sus hijos a escuelas privadas. La clase media también lo hace. Pero además, los ultra-ricos, como Slim, mandan a sus hijos a escuelas privadas en el extranjero, no en México, así que no pagarían IVA.
Además, en el colmo del entreguismo, Ortega se pronuncí a favor ¡de la reforma energética!, alegando que "Pemex necesita una reforma profunda, porque estos recursos, en su mayoría, se quedan en la familia de Romero Deschamps."
Eso es completamente falso. La mayoría de los recursos de Pemex van a manos de empresas privadas. ¿O los miles de millones de dólares de Chincontepec fueron a manos de Romero Deschamps? No. Fueron a manos de trasnacionales.
¿Lo que ha despilfarrado Pemex en Repsol fue a manos de Romero Deschamps? Tampoco.
Pero además ¿qué estupidez es esa? Peña Nieto apapacha a Romero Deschamps y de ninguna manera se va a meter con sus intereses.
Y de pilón se pronunció a favor de la reforma educativa a pesar de que por esa reforma le van a cobrar hasta el recibo de la luz a los padres de familia, como se demostró el 11 de septiembre en una nota de La Jornada de Veracruz.
Pero a pesar de las sendas lamidas de botas de Ortega para Peña Nieto, ayer el dirigente nacional del PRD, y segundo de a bordo de los chuchos, Jesús Zambrano, pidió no lastimar al PRD ¡a Marcelo Ebrard!
"¡Qué también Marcelo acepte! y que cerremos todos filas. Debemos tener muy presente la unidad del partido, aquí no se vale que si ganan mi puesto me quedo y si no gana, me voy, cerrar filas es fundamental. El costo de la división es generalmente la derrota."
¿Está loco Zambrano? ¿Cómo pide unidad para apoyar las reformas de Peña Nieto que claramente dañan a la clase media con aumentos de ISR y a los pobres con cobros de cuotas obligatorios en las escuelas públicas?
¿O a qué demanda del PRD se supone que atienden las reformas de Peña? ¿A eliminar la consolidación fiscal? ¡Falso! El propio Miguel Barbosa, senador también de los chuchos, declaró ayer que si no se modifica el mero cambio de nombre a la consolidación fiscal, de plano la van a rechazar los perredistas en el Senado.
Lo único que van a lograr los chuchos con su actitud lacayuna con Peña Nieto es perder el voto de la clase media, el cual se irá al PAN. La oportunidad de que la izquierda llegue al poder en 2018 se esfumará y el PAN regresará al segundo lugar.
¿Quién le está haciendo daño entonces al PRD? Ebrard podría obtener con facilidad el voto de la clase media. Pero si los chuchos lo bloquean, y encima siguen actuando como otro satélite del PRI, el que va a regresar al poder en 2018 será el PAN.
No, no es Marcelo quien le hace daño al PRD. Son los chuchos.
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