La llamada "niña Jobs" es una niña de Tamaulipas de 12 años, de nombre Paloma Noyola Bueno, que tuvo un puntaje muy alto en matemáticas. Saltó a la fama no por su buen desempeño académico -cosa que debería ser más que suficiente para que el Estado le diera todo el apoyo posible- sino por aparece en la portada de la revista Wired, en la cual dijeron no reciben apoyo "los próximos Steve Jobs."
Por esa razón, por la portada de la revista, y el ruido que se hizo en los medios, funcionarios del gobierno de Tamaulipas fueron a visitar a Paloma para ofrecerle apoyo.
Qué bueno que la van a apoyar. Que mal que para que una niña con buen desempeño académico la apoye el gobierno tenga que salir en la revista Wired. Como dije, sus puras calificaciones deberían ser más que suficiente. Pero al PRI le vale.
Y qué peor que la comparen con el ojete de Steve Jobs que, a fin de cuentas, genio no era.
Para ilustrar lo que digo hago referencia al siguiente hecho histórico:
Steve Jobs inició su carrera trabajando como ingeniero para Atari. Un día la empresa le pidió que diseñara un tablero de circuitos para el videojuego Breakout. Por cada chip que le pudiera quitar a la máquina, le iban a dar 100 dólares.
Como Jobs sabía muy poco sobre circuitos, le pidió a Steve Wozniak que redujera al número de circuitos y le daría como pago la mitad de lo que le dieran a Jobs.
Wozniak redujo la cantidad de circuitos por 50. Es decir, la paga debería ser 5 mil dólares.
Pero Jobs le dijo a Wozniak que Atari sólo le dio 700 dólares y que por lo tanto le tocaron 350 dólares. Woznikaa se enteró hasta 10 años después de la transa que le hizo Jobs.
¡Ojete!
No sólo eso: Quien inventó la primera computadora Apple no fue Steve Jobs, sino Steve Wozniak. Solo. Sin que Jobs interviniera.
Cuando Jobs dejó Apple en 1985 creó otra empresa de computadoras llamada NeXT, que no vendió. Jobs tuvo que regresarse a Apple entonces.
Lo demás fue marketing. Jobs se convirtió en un vendedor, no en un genio creador. Lo que hizo con Apple fue hacerle creer a la gente que porque la computadora se veía bonita por fuera era mejor por dentro, cosa que nunca ha sido el caso.
Y para eso no se necesita ser genio. Se necesita ser, como Jobs, un ojete profesional.
No conviertan a Paloma entonces en un ojete profesional. Conviértanla en una investigadora, en una inventora, en una mujer de ciencias, en una mujer creadora de la sieguiente gran idea. A ella y a todos los niños de México que sobresalgan.
O en otras palabras, conviértanlos en Steve Wozniak, no en Steve Jobs.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario