Otros tres capítulos de su taranovela "Narco,
Mojado, o Puta"...patrocinada por las aguas negras del imperio y el osito diabólico...los
primeros seis capítulos los encuentra en: http://cerrodelascampanas.blogspot.com/2013/09/narco-mojado-o-puta-telenovela.html
Los hechos toman lugar en el 2033. Como toda telenovela, los personajes tienen
que tener dos nombres (ej.: "Eleuterio Fulgencio"). EnyoiVII Los Chips en las Nalgas
--¿Usted otra vez?
--Si señora. ¿Tienen la tarjeta Perromex para dar de alta a su perro en hacienda?
--No señor. Ya no tenemos perros. Lo hice tamales. ¿Gusta usted uno?
--Vieja, ¿Quién es?
--Es el señor del gobierno que viene a preguntar por el perro, Eufemio Rafael.
--¿Lo hizo tamales? ¿Contaba con el permiso de transformación canina correspondiente?
--¿Qué cosa es eso? Yo nunca he oído hablar de eso.
--Oiga, señor, ya está usted molestando mucho a mi esposa. Metete Enriqueta Felipa y déjame hablar con el señor.
--Mire, ustedes son culpables ya de muchas faltas. Es evidente que no se mantienen enterados de todas las propuestas gubernamentales tal y como es ahora su obligación.
--Ya le dije que a veces nos cortan la luz y no podemos ver todos los spots del gobierno.
--Esa no es excusa. Además, su propia esposa acaba de confesar que llevaron a cabo acciones de transformación canina…lo hicieron tamales…sin haber tramitado el permiso correspondiente en Hacienda.
--¡No la chingue! ¡Teníamos que comer! ¡Ustedes ya pronto nos van a cobrar por cagar!
--¡No me falte al respeto! ¡Soy del gobierno y soy autoridad! ¡Usted es solamente un ciudadano y por cierto uno bien jodido! Asa que ándese derechito, amigo. Y, por cierto, ya que lo menciona, ¿ya dio de alta sus nalgas en Hacienda?
--No entiendo.
--Acaban de pasar una nueva reforma fiscal. Todos los ciudadanos deben registrar sus nalgas en Hacienda y pagar impuestos cada vez que caguen.
--¿Usted bromea?
--De ninguna manera. Ahora que los drenajes han sido privatizados y los maneja la Sociedad Fecalista de Santander, SA de CV, pues el gobierno se tiene que asegurar que esta empresa obtenga buen rendimiento y que sus costos de infraestructura se cubran. ¿Y cómo lo vamos a hacer si la ciudadanía se la pasa cagando sin control?
--Santo Dios, pero aun si me cobraran por cagar, pos no creo que tendría dinero para pagarles.
--Se requiere que le integren un chip en cada nalga. Esto detecta cada vez que usted caga. Ahora que, si no puede pagar pos tiene dos opciones.
--¿Cuáles son?
--Puede pagar donando sangre. Los gringuitos chulos necesitan mucha de esta con esa guerra que tienen en Iran y por eso México les exporta grandes cantidades de sangre. Por supuesto, se hace a través de laboratorios privados. Es más eficiente que lo haga la iniciativa privada que una clínica mugrosa del seguro social.
--Si lo sabré. Yo solía trabajar en el seguro hasta que lo privatizaron. ¿Y cuál es la segunda opción?
--Pos se le manda a un campamento donde paga usted lo que debe a base de talacha. Pero, oiga, ¿usted trabajaba con el gobierno?
--Sí señor, en el IMSS pero pos ya ve. Mire, estoy dispuesto a pagar con sangre. Ya estoy muy viejo para hacer talacha.
--Mire, nomás porque estoy de buenas me voy a hacer pendejo y no lo reportare. Pero eso si, tiene usted y su esposa que irse a reportar a la oficina de recaudación de hacienda. Ahí les darán una ficha para ir a un laboratorio privado donde les implantaran el chip en las nalgas. Ahora, mochese con algo por el favorsote que le acabo de hacer.
--Oiga, pos le agradezco. ¿No quiere un tamal del perro?
--Me está usted tentando. Pero, no, muchas gracias. Provecho.
--¿Con quién tengo el gusto?
--Tomas Sinforoso Barrón Mendoza, Inquisidor de Hacienda, servidor.
--Yo soy Eufemio Rafael Pimienta Somellera, servidor. Por lo menos, acépteme un billetito, para las aguas.
--Bueno, que caray.
--Tenga.
--Ah caray, ¿y esto?
--Son diez euros, como 500 millones de pesos al tipo de cambio de hoy. Alcanza para una coca.
--Oiga, don Eufemio, no es por nada, ¿pero de donde saco este billete?
--Err…lo traiba conmigo desdenantes. Alcance a ir a Europa una vez…comisionado por el seguro social…
--¿No me está mintiendo?
--Neta, don Tomas Sinforoso. Mire, por esta cruz.
--¿Se fue ya el fulano, Eufemio Rafael?
--Si. Tenemos que ponernos un chip en las nalgas. Le di diez euros para que no nos denunciara.
--¿Le diste qué? ¡Si serás pendejo Eufemio Rafael! ¡Ahora esta penadisimo tener billetes extranjeros!
--Puta madre, vieja, la cague. Ya ni modo.
--Pos a ver si no vuelve después y nos empieza a extorsionar. Esos cabrones de hacienda así hacen. Huelen si alguien tiene dinero. No sueltan a una víctima sino hasta dejarlos secos, sin sangre, y sin dinero.
--Hablando de sangre, creo que tendré que donar sangre.
--¿Donar?
--Si. Es una nueva disposición. Para eso es el chip. El gobierno ahora cobrara por cagar. Si no tienes para pagar tendrás que pagar con sangre.
--No chingues. De por si estas anémico por mal comer. Si empiezas a donar sangre te me mueres.
--Es que no hay de otra vieja.
--¿Cómo? ¡Si tenemos cinco mil euros enterados! ¡Es una verdadera fortuna!
--Pero el cabrón inquisidor de Hacienda me los va a querer chingar todos.
--Tienes que convertirlos a pesos, Eufemio Rafael.
--Serian como 500 billones de pesos más o menos. Eso si me pagan al tipo de cambio oficial. Y no puedo hacerlo en un banco. Me los confiscarían.
--Entonces vete al mercado negro.
(spots del gobierno con discursos del primer informe de Martínez Bedoya)
VIII. Las Dos Partículas
El viejo Jacinto Cenobio aventó otra biblia a la chimenea. Acurrucado en un colchón estaba Toribio Brayan mordiendo con contento uno de los sándwiches de jamón de la negra Mary.
--Como te dije, ahí fue donde la cago Marx.
--Maestro, en la facultad lo tenían casi como dios.
--¿Irónico, verdad? El pedo es que don Charlie no conocía de termodinámica. Veras, un sistema se mantiene en equilibrio mientras no sea adiabático.
--¿Adiabático? ¿Qué es eso?
--Que no es refractario a la entrada de la energía. Es por eso que el huevo puede generar un sistema más complejo, un pollo, pues la cascara no es adiabática. El calor de la gallina le da la energía a la yema para auto organizarse y hacerse más complejo.
--Entiendo. ¿Y qué tiene que ver esto con Marx?
--Pues él asumió deterministamente que a la larga el capitalismo se iba a destruir. El veía las constantes crisis que sufría y pensó que a la larga eso lo destruiría. Pero vimos que ni dos guerras mundiales y la creación de la Unión Soviética lo destruyeron. Y esto es porque la crisis constante es el equilibrio natural del capitalismo. ¿Entiendes?
--Creo que sí. Pero, entonces, ¿esta chingadera del capitalismo es eterna?
--Lo que demuestra la psicohistoria es que no, no lo es. Veras, es que ya dejo de entrar esa energía que permitía a la yema que se recompusiera después de cada depresión bursátil.
--¿Ya no la hay?
--Los gringos están empantanados en Irán. Pero están más empantanados aun en su propio país. La Clinton pensó que podría tener una guerra rápida y que eso estimularía su industria armamentista y esta sacaría a Gringolandia de su última depresión, la que les dejo el negro Obama. Pero pos no fue así. Luego, esta, por supuesto, México.
--¿México?
--La joya de la corona, vamos, de todo el planeta, es México. Pero los veinte años desde la restauración del PRI han resultado en que todos sus recursos se agoten. Ya no queda petróleo. Todo se lo chupo Shell. Ya no hay plata, por más minas a cielo abierto que abran.
--Me dicen que Taxco era hermoso.
--Pos ahora solo hay un hoyote donde antes estaba ese pueblo. Y lo mismo ocurre en Teotihuacan y el resto de las zonas arqueológicas. Solo son unos hoyotes estériles ya. Y, por supuesto, nuestras playas y mares están todos contaminados.
--Creo que usted es demasiado pesimista.
--No creo serlo. El desplumar a México creo el último boom del capitalismo. Y a México ya se lo llevo la chingada. De ahí que finalmente, si, la predicción de Marx se cumple.
--Por esos desastres estoy yo aquí.
--Y yo.
--Pero no puedo creer que el capitalismo desaparecerá, maestro. Digo, siempre habrá un cabrón dispuesto a explotar a un infeliz.
--En efecto. Pero la transformación será bastante radical.
--¿Cómo?
--La psicohistoria predice una nueva edad media. Siempre habrá comercio pero muy limitado.
--¿Edad media?
--Más bien una sociedad feudal, ese es el termino correcto. Los gobiernos centrales ya no tendrán la capacidad de ejercer control sobre la población y el resultado será que habrá miles de tiranuelos más o menos independientes. Y en situaciones así el comercio languidece. Si, existe una forma de capitalismo pero es tan solo la sombra de lo que fue en el siglo XX.
--Eso suena de la chingada. Y yo francamente solo me contentaría con poder sobrevivir.
--En efecto, tanto tú como yo solo somos dos partículas insignificantes cuya trayectoria es completamente aleatoria.
--No entiendo que dijo pero me imagino que quiere decir que solo soy un jodido.
--Pos sí. Ahora, vamos a dormirnos. Si llegamos temprano al Home Depot tal vez habrá quien nos recoja.
(comerciales de SoPRIana)
IX. El Viagra Fatal
Mexico, DF 07:15
Los guardias del EMP se cuadraron cuando entro Filadelfo Ludovico Turrubiates Maldonado, secretario particular del presidente Celestino Masiosare Martínez Bedoya, a la nueva residencia oficial, la llamada “Casa Carlos Salinas de Gortari”.
--¿El presidente ya se despertó? –le pregunto al oficial del dia.
--No, licenciado. Sigue jetón.
--¿Volvió a agarrar la jarra?
--No. Televisa le mando dos morras de no malos bigotes. Le llevamos un six de viagra para que endureciera. Y como la primera dama anda de shopping en Niu Yor pos el viejo quiso aprovechar.
--Ah, excelente. Así podría cortar rabo y orejas y entrar a matar sin problemas. Oigan, ¿pero no le había dicho el doctor que no tomara esa chingadera porque el corazón no lo aguantaría?
--Se lo mencionamos como quien no quiere la cosa. Pero se puso terco, ya vide como es. Neta, licenciado, las dos morras valían la pena arriesgar la vida. Además, la televisora le mando un kilo de talquito sin cortar. Estuvo en chinga toda la noche. No me extraña que ahorita este todo jetón.
--Puta madre. A ver si se espabila para las nueve. Hay junta para recibir las nuevas instrucciones del FMI.
En eso se oyeron unos gritos. Una mujer joven desnuda salió histérica de la recamara presidencial
--¡Esta tieso!
--¡Esta frio! –grito otra mujer escultural igualmente desnuda que emergio de la recamara presidencial.
Filadelfo Ludovico luego luego tomo control de la situación.
--A ver. Me visten estas morras y me las encierran en una recamara.
--¡Nosotros no lo matamos!
Luego Filadelfo Ludovico entro a la amplia recamara presidencial. En una mesa había varias líneas de “talco”. Y en la cama se encontraba Martínez Bedoya, completamente encuerado, y con una erección descomunal. Una sonrisota se adivinaba en su semblante. El bigote estaba canoso con cocaína y los ojos los tenia todos pelones como los de una lechuza. Era evidente que estaba muerto.
--Me lleva la chingada –murmuro Filadelfo Ludovico--. Este cabrón se vino y se fue al mismo tiempo.
--¿Qué hacemos patrón? –pregunto un general del EMP entrando.
--Acordonen el perímetro. Nadie sale o entra sin mi permiso.
--¿Le avisamos a doña Lupita Encarnación?
--Si. Díganle a esa vieja que se compre un guardarropa de luto para que se vea como la viuda sufriente en la televisión.
Un médico se presentó. Tan solo sacudió la cabeza.
--El señor presidente está muerto.
--¡A huevo que está muerto! Explíqueme por que chingaos tiene el pito como de burro. Yo no creía que este cabrón estuviera así de dotado.
El medico examino con cierto asco el miembro.
--Es por el nuevo tipo de viagra. Causa un flujo masivo de sangre al miembro viril y lo incrementa en varios centímetros. Probablemente el infeliz murió por una anemia aguda y la cocaína que se zampo no le ayudo al corazón. Le ha de haber estallado cuando empezó a cavitar por falta de sangre. Y es que el muertito se zampo todo el six de viagra. Eso mata hasta a un chamaco de veinte años.
--Ahí le encargo que me consiga de esa chingadera entonces –dijo Filadelfo Ludovico.
--Así hare, licenciado. Nomás váyase con tiento.
--El pedo es que con la riata asi pos no lo podemos velar –advirtió el general--. Probablemente ni se podrá cerrar el ataúd.
El militar martilleo el miembro con la cacha de su pistola. El pito del difuntito estaba durísimo. Filadelfo Ludovico tomo una decisión.
--Doctor, córtele la riata.
--Esta durísima licenciado.
--Consiga una sierra eléctrica si es necesario.
--¿Y luego qué? ¿La quemamos?
--No, no está bien que el presidente vaya al más allá incompleto. Métasela por la cola.
--Jijos, licenciado…
--Doctor, es una orden.
Filadelfo Ludovico siguió dictando órdenes con frialdad. Esto calmo al staff de los Pinos. Ni una palabra se había filtrado a los medios. Nadie entraba o salía de los Pinos. La primera dama había sido avisada del fallecimiento y accedió a seguir las instrucciones que le dieron.
En eso un helicóptero aterrizo en el helipuerto de la casa presidencial.
--¿No di ordenes de que nadie entrara o saliera general?
--Licenciado, mire la matricula.
--Entiendo –dijo Filadelfo Ludovico arreglándose la corbata.
El Inmortal, don Chabelo, bajo del helicóptero. Vestía sus shorts y se apoyaba en un pesado bastón. Filadelfo Ludovico hizo una señal y de inmediato se materializo una silla de ruedas.
--Don Chabelo, tengo horribles noticias –se apresuró a decir Filadelfo Ludovico mientras se postraba de rodillas ante El Inmortal.
--Estoy enterado de todo, Turrubiates Maldonado.
Era evidente que la recamara presidencial estaba bajo vigilancia del Inmortal.
--Aguardo sus instrucciones, don Chabelo.
--Vide la forma en que tomaste el control. Eso me agrada.
El corazón de Filadelfo Ludovico dio un vuelco.
--Preparare un comunicado de prensa dando la noticia, don Chabelo.
--Espera. Toma nota.
Filadelfo Ludovico tomo papel y pluma. Por varios minutos don Chabelo no dijo nada. Sus ojos se entrecerraron y a duras penas se adivinaban entre las arrugas que surcaban su cara.
--Avísale a Manlio Caligula Mendoza Mendivil, el líder de la cámara, que quiero unos cambios a los artículos pertinentes a la sucesión presidencial.
--Usted dirá que cambios don Chabelo.
--Quiero que si falta o renuncia el presidente su sucesor sea su secretario particular.
--Su secre…¡jijos! ¡Ese soy yo!
--Felicidades, cabrón, y ándese de-re-chi-to. ¿Entiende?
--¡Por supuesto don Chabelo!
--Ahora hay que ver cómo le hacemos para que tomes posesión. No quiero que anuncies la muerte de Martinez Bedoya luego luego. Esto va a requerir pensarle bien. Mientras pongan a ese cabrón en un refrigerador para que no se pudra. Mientras yo te estaré dando instrucciones de que hacer, ¿entiendes?
Filadelfo Ludovico hizo unos cálculos rápidos.
--Don Chabelo, los tiempos no ayudan.
--Explícate.
--Aunque el PRI tiene mayoría en ambas cámaras y en todas las legislaturas estatales, y aun haciendo las cosas al vapor, reformar la constitución nos llevara unas tres semanas. Y estoy siendo muy optimista.
--Entiendo.
--Otra cosa, en dos semanas es el grito.
--¡Puta madre!
--Yo creo que si mantenemos al muertito bien frio para que no se pudra lo podríamos hacer que “diera” el grito de alguna manera, que se yo, poniéndole unas cuerdas en el brazo como si fuera marioneta. Tenemos grabado lo que dijo en los gritos anteriores.
--Y su esposa, ¿Cómo se llama esa cabrona?
--Doña Guadalupe Encarnación Rodríguez Santisteban de Martínez Bedoya. No se preocupe de esa vieja, don Chabelo. Yo me encargo de convencerla. Tienen un hijo ya hombre que anda de cabrón en Europa. Hare que Interpol le siembre droga y lo entamben por un tiempo pero sin armar escándalo. Eso convencerá a su mamá que no arme pedo.
--Excelente. Me complace ver que el futuro y la tranquilidad de la republica están en buenas manos.
Filadelfo Ludovico vio con alivio al helicóptero llevarse al inmortal. El general del EMP se le aproximo.
--Patrón, quesque hay un cabrón que lo busca en la entrada.
--Le dije que no quería que nadie entrara o saliera.
--Dice que es su primo.
--¿Mi primo?
--Le dimos su calentadita pero aun así sigue insistiendo.
--¿Cómo se llama?
--Dice ser un tal Maicol Tizoc Turrubiates Armenta. Quesque trabaja en la PGR.
--¡Puta madre! ¡Si es mi primo! Tenía un huesito de madrina en la PGR pero más bien se dedicaba a padrote. Pásenlo y quiero hablar con el.
Dos gorilas del EMP depositaron en vilo a Maicol Tizoc en un sillón en el despacho de Filadelfo Ludovico. El padrote estaba todo lleno de moretones y presionaba un pañuelo sanguinolento a su nariz que estaba rota.
--Te pusieron como a santo Cristo cabrón. Chales, lo siento.
--No tanto tus changos, primo, más bien fueron los guaruras de otro cabrón.
--¿Quién?
--Un narquillo. Se llama Lupercio Antonio Pimienta Somellera.
--Ah sí, he oído de él. Le suple cocaína a Televisa.
--O sea, el cabrón tiene ahí palancas. En la PGR hay expedientes de él y sus clientes.
Filadelfo Ludovico se quedó viendo fijamente a su primo. Tarde o temprano iba a necesitar que la televisora se doblara a sus intereses. Pero, ¿Cómo meterlos en cintura?
--¿Qué tan completos son esos expedientes? ¿Los has visto?
--Sí, yo los vide. Incluyen grabaciones, videos, todo. Muestra a los comentaristas de Televisa zampándose líneas y hasta bailando encuerados. Usan hasta un columpio y el degenere incluye un burro. Neta, primo, están bien asquerosos los videos.
--¿Quién los tiene? ¿Dónde están?
--El licenciado Salsipuedes, el que es nominalmente mi jefe. Yo nomas paso ahí a cobrar.
--¿Cómo es que ese cabrón los obtuvo?
--Pos lo invitaron a una de sus pachangas y no tuvieron pedo en que llevara camarógrafos para tomar “las fotos del recuerdo”. Ya ves que esos cabrones se creen por encima de la ley.
--Pos básicamente si lo están –Filadelfo Ludovico lleno un cheque--. Mira primo, te vas a Hacienda y que te paguen esto. Luego te me vas a casa de tu mamá en Monterrey y te quedas ahí, hecho ojo de hormiga, sin salir a la calle, hasta que yo te diga, ¿entiendes?
Maicol Tizoc vio la cantidad y sonrió.
--A huevo, primo, a huevo.
Una vez que se fue su primo Filadelfo Ludovico reviso su reloj. Apenas eran las diez de la mañana y su vida ya había cambiado radicalmente. Levanto el teléfono y dio una orden al oficial de guardia.
--Las morras esas que estaban con el presidente Martínez Bedoya…
--Usted dirá patrón. Las tenemos bajo guardia.
--Tuvieron un desafortunado accidente, ¿entiende?
--Despreocúpese patrón.
(comerciales de las aguas negras del imperio)
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