jueves, 17 de octubre de 2013

Impuesto a refrescos y chatarra debe acompañarse con acceso a alimentos nutritivos

Por Victor Hernández

Yo sí estoy de acuerdo en el impuesto a los refrescos y a la comida chatarra.

Tanto la FAO como la CEPAL alertaron ayer que el consumo de chatarra entre la gente pobre en México ha causado aumentos en la obesidad y desnutrición.

Es tan severo el problema, dice la FAO, que la gente pobre gasta 3 veces más refrescos que en leche.

Ésto a pesar de que la leche Diconsa está subsidiada y cuesta menos que el refresco.

Y de acuerdo con la CEPAL, el problema es que el gobierno federal sólo le da dinero en efectivo a la gente pobre para alimentos, pero sin darles información sobre nutrición.

De pilón, como es más fácil encontrar comida chatarra en la calle que alimentos nutritivos, el resultado es más consumo de chatarra y más obesidad y desnutrición.

"¡Pero es que hay comunidades en las que sólo se puede tomar refresco porque la calidad del agua es mala!" dicen los defensores de los refrescos. En ese caso el problema es de infraestructura y la solución no es no subiendo el precio de los refrescos, sino mejorando la infraestructura.

¿Cómo resolver el problema del consumo de chatarra entonces? Con medidas adicionales que deben incluir:

1. Aplicar límites a la venta de chatarra en las tiendas. No más de X cantidad a la semana.

2. Dar incentivos fiscales para quienes vendan alimentos nutritivos a bajo costo. Por ejemplo, reducirles el ISR a quienes vendan alimentos hechos con frutas, verduras y cereales.

3. Lanzar una campaña nacional de información nutricional para promover el consumo de alimentos nutritivos a bajo costo. Vamos, si en blogdeizquierda.com podemos promover el consumo de soya (19 pesos el kilo) y trigo (8.50 el kilo), ¿por qué no lo pueden hacer los gobiernos del país?

Porque no sólo es cosa de desincentivar el consumo de chatarra, sino de decirle a la gente qué alimentos sí los van a nutrir.


PD: El programa contra el hambre que lanzó ayer Miguel Ángel Mancera funciona mejor que la Cruzada de Enrique Peña Nieto y Rosario Robles en el sentido de que le da alimentos directamente a los beneficiarios a bajo costo (una despensa por 10 pesos) y además les busca empleo para que puedan tener ingreso para comer. La Cruzada sólo reparte despensas que incluyen chatarra de Pepsi y Nestlé.

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