La represión de Enrique Peña Nieto contra la CNTE no causó gran júbilo ni en el DF ni el resto el país. Causó indignación y más solidaridad con los maestros.
En Oaxaca, por ejemplo, la APPO hizo bloqueos en protesta por el desalojo violento.
Y en el DF la gente fue al campamento de los maestros en el Monumento a la Revolución a llevarles víveres.
El supuesto rechazo a los maestros y su causa, quedó demostrado, era una patraña de los medios plegados al PRI. Los maestros jamás violaron ninguna ley. Peña Nieto sí: el artículo 9 Constitucional. Era obvio que la gente bien nacida repudiaría a la represión y se soldarizaría con los maestros.
Lo que sige, con esta actitud de Peña Nieto, es de nueva cuenta una fuerte polarización en el país entre los racistas y clasistas que le hacen el caldo gordo al PRI, y los mexicanos de bien que sabemos que la lucha de los maestros es justa, y la violencia del gobierno en su contra no lo es.
Y eso, al final, llevará a Peña Nieto y al PRI a la ruina, como llevó a la ruina a Felipe Calderón y al PAN.
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