miércoles, 18 de septiembre de 2013

Rapiña en Acapulco pudo haberse prevenido, pero EPN prefirió desalojar a CNTE

Por Victor Hernández

El diputado federal perredista Andrés Eloy Martínez reveló ayer que el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto sabía de la trayectoria de los huracanes Ingrid y Manuel -y por ende de la catástrofe que causarían- días antes de que causaran estragos en varios estados, particularmente en Guerrero.

Lo supo debido a que la información estaba disponible el en Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, el cual es una fuente obligada del Servicio Meteorológico Nacional. Pero en vez de tomar todas las precauciones pertinentes para la inminente catástrofe -como una evacuación preventiva-, Peña Nieto decidió usar los recursos del Estado en reprimir a los maestros de la CNTE y desalojarlos del Zócalo.

Ahora además de que murieron 57 personas en el país por no haber ordenado la evacuación preventiva, y de que quedaron varados cientos de turistas, ayer por la tarde empezó la rapiña en Acapulco.

Sí; la gente empezó a saquear tiendas. No para llevarse comida o medicinas, sino para llevarse pantallas de alta de finición y otros artículos electrónicos.

De haberse tomado medidas preventivas con anterioridad, como enviar al ejército y a la Policía Federal a Acapulco para coordinar la evacuación y brindar protección, eso no hubiera ocurrido.

Pero Peña no lo hizo. Mandó a la PF a reprimir maestros y luego mandó soldados el domingo, cuando los huracanes hacían sus mayores estragos, a rellenar el Zócalo semi-vacío que tenía Peña Nieto para el grito de Independencia.

El berrinche de Peña Nieto, por consiguiente, no sólo mostró ineptitud e incapacidad para gobernar, sino que le costó a los lugares afectados por los huracanes más daños de los que pudieron haber ocurrido si se hubieran atendido con tiempo las alertas de peligro.

Si Peña Nieto tuviera una pizca de vergüenza, retiraría al Estado Mayor Presidencial del Zócalo de inmediato y los mandaría -y se iría él también- a Acapulco a ayudar a la gente.

Pero no: Peña Nieto se ecaprichó con hacer un acto en el Zócalo el jueves 19 para conmemorar el terremoto de 1985, cuando el PRI -la ironía aquí es nauseabunda- mostró la más asquerosa negligencia ante un desastre natural.

Ese es el "nuevo PRI." El que deja morir a la gente para la edificación de su ego.

Foto: Tomada de internet

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