Dijo ayer el líder del PRD en el Senado, Miguel Barbosa, que no es necesario modificar los artículo 27 y 28 de la Constitución para que se puedan otorgar contratos de renta compartida, como pretende Enrique Peña Nieto con la reforma energética privatizadora.
Para lo que se requiere la modificación, dijo, es para que la IP invierta en el sector energético.
No, en realidad no es para que haya inversiones, sino para que la IP pueda tener sus propias refinerías y ductos. Porque plataformas petroleras ya tienen. De hecho se las rentan a Pemex a un precio de robo; 20 dólares por barril de petróleo cuando en realidad cuesta 6.50.
AMLO ha dicho varias veces esto: el verdadero negocio del petróleo no es la extracción, sino la refinación para hacer derivados del petróleo.
Si una empresa privada, por ejemplo, le refina gasolina a Pemex, Pemex le tendría que comprar la gasolina a esa empresa privada a precio de mercado. Eso garantizaría que los precios de la gasolina en México siempre sean altos. Sería como aumentar la importación de gasolina a precio alto. ¿Quién paga? El consumidor, desde luego. ¿Quién se enriquece? La IP, desde luego.
Esa es la razón por la cual quieren hacer la reforma energética; para que la gasolina la refinen privados y el consumidor pague más.
Si en cambio se obligara a Pemex a construir nuevas refinerías, el precio de la gasolina bajaría.
Por eso es que el PRI tiene tanto miedo de que se haga una consulta vinculatoria sobre la reforma energética; porque saben que perderían el negociazo que implicaría privatizar Pemex.
PD: Obviamente también sería un golpe durísimo a México que se compartiera la renta petrolera. Pero el golpe sería peor al dejar que privados se encarguen de las labores de Pemex.
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