martes, 24 de septiembre de 2013

Narco, Mojado, o Puta - Telenovela - Capitulo I al VI #Edomex #Tampico #FrasesCancionesJuanSolo #gastospendejos


Narco, Mojado, o Puta – Telenovela – Capitulos I al VI

 Estos eventos toman lugar en el año 2033.

 Capítulo I – Cuando los Hijos se Van…a Chingar a su Madre a otro Lado

En un hogar antaño de clase media…ahora de clase media-baja…más bien de baja, pero no les diga porque se encabronan…vemos a una pareja de mediana edad, Eufemio Rafael, burócrata desempleado recientemente y Enriqueta Felipa, su esposa y ama de casa.

 Entra el hijo menor, Toribio Brayan…

 --Papá, mamá, ya me voy, me voy a subir a “la bestia” e iré a matar pollos en Yoryia. Aquí no hay futuro.

--Estas seguro que solo de narco/de mojado/de puta podrás sobrevivir?

--Pos es que no hay nada más. Ni caso tuvo que estudiara. No hay trabajo. De por si, ustedes se están muriendo de hambre.

 --Nos acabamos de comer al gato para no pagar impuestos sobre él.

 --Es lo que digo, papá, mamá, el gobierno nos jode y nos está matando de hambre y ustedes pegadotes a la tele.

  --No digas eso. Esos son comunismos.

--¡San Camilo Martir protegenos de los comunismos!

--Además, nosotros le dimos "me gusta" a los gastos pendejos.

 --Ah sí, y eso nada más hicieron? Salieron a la calle a divulgar la información y despertar a la prole?

 --Ay no! La gente decente no se roza con los nacos!

 --Y es por eso que hoy yo tengo que irme de narco/de mojado/de puta. Adiós! Me avergüenzan! Me dan asco! Ojala no los vuelva a ver en toda mi vida!

 --Ay vieja se enojó!

 --Olvídalo Eufemio Rafael.  Ese muchacho era el último que nos quedaba. Los otros ya se fueron igual. Entre menos burros más olotes, que caray.  Ahora pon la tele. Va a empezar la telenovela. Mientras le doy cuello al perro para cenarlo...

(comerciales del osito diabólico)

II.      Con Hacienda Hemos Tocado

--Enriqueta Felipa, ya mataste al perro?

 --No, Eufemio Rafael, pinche Firulais es muy rápido para mí y yo ya no puedo correr por la lonja.

 --Pos apúrate viejita, orita empieza la rosa de Guadalupe.

 --Espérate, viejo, creo que hay alguien en la puerta, deja veo.

 --¿Usted es la señora de la casa?

 --Si señor, que se le ofrece?

 --¿Tienen perro?  Lo oí ladrar desde la calle.

 --¿Y oste quién es?

 --Soy inspector de Hacienda así que me debe de respetar!

 --Ay, patroncito chulo, por favor, no se ofenda. Sí, tenemos perro.

 --¿Quién es vieja?

 --Es un señor del gobierno viejo. Quiere saber del perro.

 --Exijo que me muestre la tarjeta Perromex con la que dieron de alta a su perro.

 --Deja hablo con él, vieja. Mire, señor, no sabemos nada de esa tarjeta.

 --¿Como? ¿No han visto los spots de Televisa? Se debe traer en el collar del perro. Trae un chip integrado. Por cada minute que el perro siga "activo" hacienda recibe un reporte para saber cómo cobrarles.

 --Ah caray, es que a veces nos cortan la luz por no pagar y no podemos ver todos los spots.

 --¡Eso es muy grave! No tener la tele prendida todo el tiempo y ver los spots del gobierno es contra la ley.  Voy a tener que hacer una denuncia con la PGR.

 --Por favor, patroncito, ¡no nos denuncie! Mire, si quiere, mi esposa le da las nalgas.

 --Nel, está muy jodida su vieja ya. ¿Se puede mochar?

--Ay, patroncito, me corrieron del IMSS ahora que lo privatizaron y apenas si tenemos para comer.  No tengo ni un quinto.

--Pos orita llega la chota.  ¿Y ese viento? Apareció de repente.

 --¡Es la rosa de Guadalupe!  ¡Virgen santísima de Guadalupe! ¡Protégenos!

 --No sé qué me está pasando. ¿On toy?  OK, los dejare ir esta vez.  ¡Pero mañana regreso! Más vale que tenga su Perromex ya.

--Gracias patrón.  ¿Dónde saco la Perromex?

--En la oficina de recaudación de Hacienda.  Se van a las tres de la mañana pues siempre hay cola.  Y llevan su IFE, acta de nacimiento, pelos de las bolas del perro si es macho o de la charanga si es perra, y el agua del bautizo y el acta de nacimiento de sus abuelitas.  Es fácil de tramitar pero se requiere documentación en regla.

 --¡Se fue viejo! ¡La rosa de Guadalupe nos salvó!

 --¡Ni madres!  ¡Mañana regresa el hijo de la gran puta!

--¿Vas a quitarle pelos a las bolas del Firulais?  Por ahí tengo los pomos del agua de bautizo de nuestras abuelas.  Los usamos cuando fuimos a pagar el predial.

--¡Ni madres!  A toda costa, vieja, hay que hacer tamales del Firulais ¡o nos lleva la chingada!   

(spots del gobierno sobre la tarjeta PERROMEX)

Capitulo III – El Talco de Marsella

--Eufemio Rafael! Te tengo excelentes noticias!

 --Que paso vieja? Ya agarraste al Firulais?

 --Ya es tamales, viejo. Ahora que venga el inspector de hacienda a checar si sacamos la Perromex le doy unos.

 --No! Necesitamos que esa tamaliza aguante la quincena. La puta tarjeta de Soriana no nos duró casi nada!

 --OK, le daré solo un tamal, Eufemio Rafael!

 --Pero, y que noticias tienes?

 --Lupercio Antonio, nuestro hijo, me mandó una carta.

 --Ah, ¿el que se metió a narco? ¿No estaba en el bote?

 --Si viejo, pero parece que ya lo dejaron salir. Quesque la orden vino "de arriba". Y espérate, eso no es todo, me mando una feria, 5000 en unos billetes rete raros.

 --A ver deja verlos...si serás pendeja, Enriqueta Felipa, esos son euros! Valen un chingo!

 --Ah, es que ya ves que el metió talco a Marsella. Quesque los chamacos franceses se rozan mucho decía y necesitan mucho talco en los pañales.

 --Puta madre! Le podíamos haber dado su mordida al chango de hacienda y no tendrías que haber hecho tamales al Firulais!

 --Ya es tarde, Eufemio Rafael, ahora no hay que dejar que se desperdicien los tamales.

 --Bueno, yo mientras voy a guardar esta billetiza en el baúl que tengo enterrado.

 --No los vas a depositar en el banco Eufemio Rafael?

 --Ni madres!  El puto gobierno cobra impuestos por depositar y luego van a querer que me moche o que demuestre de donde vino.

--Deja algo aparte.  Esto fue, estoy segura, un milagro de San Judas Sinforoso, el patrón de los pendejos.  Tenemos que darle una feria al pagrecito.

--¿A ese viejo degenerado? 

--Es que necesita nueva Hummer, asi lo menciono en la homilía.

--¡Pos que se la pida a los ricos!

--¡Eufemio Rafael!  ¡Esos son comunismos!  ¡No critiques a la santa iglesia católica!  Acuerdate lo que te dijo el compadre.

--Si, quesque si me uno a la orden tercera tendré mejor oportunidad de volver a entrar al gobierno.

--¡Pos hazlo, Eufemio Rafael!

--Pero es que quieren que porte habito.  ¡Voy a parecer el tío Lucas!

--Demostrara tu celo y devoción.  Hoy México necesita mucha pero mucha fe.  Así lo dijeron en la televisión.  Acuérdate Eufemio Rafael: el cambio está en ti. 

--Deberíamos de haber mejor metido a Micaela Ponciana a monja.  Así la iglesia la mantendría. 

--Mi hija no estaba para vestir santos.  No era feita.

--¿Qué has sabido de Micaela Ponciana?

--Pos andaba de puta en la Merced.  Pero creo que le ofrecieron que hiciera una audición en Televisa.

--O sea, ¿le va a dar las nalgas a alguien ahí?

--Pos tal vez, ¿y qué?  ¡Mi hija no se hubiera metido de puta si tú no hubieras perdido tu chamba!

--¿Y qué chingaos querías que hiciera?  Tenían que poner el IMSS a la altura de Gringolandia, o sea, que solo los ricos puedan curarse.  ¡Y mi chamba valio verga!  Yo ya estoy viejo y nadie me da chamba.

 --Tendrías chamba si no anduvieras predicando comunismos y siguieras rejego y no vestirte como el Tío Lucas.

--Bueno, chingaos, buscare onde puedo robarme un habito.  Ah, ¡y si Micaela Ponciana se mueve bonito y le dan chamba en Televisa pos que se moche la cabrona!   Estoy seguro que ya sabe coger.  ¡A la mejor hasta llega a ser primera dama!

Enriqueta Felipa se persigna y se arrodilla frente a la imagen de la guadalupana.

--¡Virgencita de Guadalupe!  ¡Haz que mija consiga chamba en Televisa!  ¡Que se mueva bonito y haga venir al que la entrevista!  ¡Aaaamen!

(comerciales de Gualmar)

IV.     El Padrote

En un cuarto modesto vemos a una pareja en la cama…acaban de follar…él es un fulano toscote…ella es una joven de no malos bigotes…ambos estan encuerados y están fumando un carrujo…

--Maicol Tizoc, te debo decir algo.

--¡Puta madre!  No me vayas a salir que tengo que pagar otro aborto.  Pinche vieja, usa la píldora.

--No, no se trata de eso.  Despreocúpate.

--Entonces, ¿Qué chingaos quieres Micaela Ponciana?  ¿Qué no te gusta el cuartote este? ¡Tiene hasta un foco!  ¿No te he estado protegiendo todo este tiempo?  Oste es mi favorita, ¿a poco no?  Yo la quiero mucho.

--Pos si, has sido buen padrote, Maicol Tizoc, eso ni dudarlo.  Pero, sabes, yo quiero evolucionar…realizarme…

--O sea, ¿ser puta no llena tus aspiraciones?  ¿No me vas a resultar comunista acaso?  Esos cabrones siempre les andan llenando a las viejas la cabeza de humo.

--¡No juzgues Maicol Tizoc!  Yo estudiaba en la universidad hasta que al país se lo llevo la chingada.

--Y te recogí cabrona, acuérdate.  Andabas de pendeja en Sullivan sin nadie que te protegiera.

--Pos sí, no lo olvido.  ¡Ay!  Esto es muy difícil para mí.  Tratare de ser breve.  ¿Te acuerdas del chavito pirrurris ese que me contrato el viernes?

--Ah, si, le cobre bien al cabrón y no objeto al pagarme.

--Pos hablamos brevemente.  Me dio su tarjeta.  Se llama Polito Chedraui Servitje.  Es un gallón en Televisa.  Le guste.  Dice que como soy “blanquita” pos podría entrar a Televisa.  En unos días me van a hacer audición.  Hace muchos años mis viejos podían pagarme clases de ballet y de danza. Y se expresarme y hasta hablo tantito inglés. 

--No entiendo Micaela Ponciana.

--Te voy a dejar Maciol Tizoc.  Me voy a Televisa.  ¡Si juego mis cartas bien hasta podría llegar a ser primera dama!

--¡Con una chingada que no te vas cabrona!  ¡Primero te mueres pendeja!

Maicol Tizoc le da unas cachetadas.  Micaela Ponciana grita y se trata de defender.  Ella se lanza encuerada por las escaleras con Maicol Tizoc siguiéndola igual de encuerado.

Micaela Ponciana emerge gritando en medio de la calle. Es un barrio de mala muerte.  La gente la ve azorada.  En eso se detiene una limusina frente a ella.  Dos hombres toscotes se bajan.  Maicol Tizoc aparece con un cuchillote.  Los dos toscotes lo desarman con facilidad y lo sujetan.  Se baja de la limusina un fulano vestido con traje de Saville Row, corbata de seda, un chingo de oro, sombrero y zapatos italianos.  Otro toscote sujeta a Micaela Ponciana.

--¿Y usted quien chingaos es?  --exclama Micaela Ponciana.

--Hermana, ¿no me reconoces?

--¡Lupercio Antonio!  ¿Pos no que te iban a extraditar a Gringolandia?

--Ni madres.  Llegue a un arreglo con los gringos.  ¿Y este cabrón quién es?

--¡Ándese con cuidado amigo!  ¡Yo soy Maicol Tizoc Turrubiates comandante de la PGR!

--Es mi padrote, Lupercio Antonio.

--¿De la PGR?  ¿Con quién está asignado?

--Soy del grupo del Licenciado Salsipuedes.

--¿Ese pendejo?  ¿Sabe usted quién soy?

Lupercio Antonio le murmura un nombre a Maicol Tizoc.  Este se pone todo pálido y se pone de rodillas.

--¡Patroncito chulo!  ¡Por esta cruz que no quería yo joder a la morra!

--¿Te puso la mano encima hermana?

--Nomás tantito Lupercio Antonio.

--¿Tantito?  ¿Y este pinche cuchillote que portaba?  A ver, muchachos, agárrenmelo bien que lo voy a capar.

--¡Patrón!  ¡Por lo que más quiera!  ¡Perdón!  ¡No era mi intención!

--Déjalo Lupercio Antonio, por favor.

--¿Estas segura, hermana?

--Es un pobre pendejo.  No vale la pena que manches tu ropa con su sangre.

--Bien, nomás porque lo pide mi hermana.  A ver, muchachos, llévenlo al callejón y le dan una calentadita pero no lo maten.  Quiero que se acuerde de esto por mucho tiempo.

Lupercio Antonio tapa las desnudeces de su hermana con un abrigo.

--Hermana, vente conmigo.  Supe que andabas de puta y vine a buscarte.  Tengo una suite presidencial en un hotel del centro.

--¿Me vas a poner a follar con gente de la jai?

--No, pendeja.  Olvídate de esa vida.  Quiero que te recuperes.  Te mandare un modisto para que te hagan unos trapos.  Y te daré lana para que vayas de shopping a Polanco. 

--¿Y eso?

--En tres días tengo una reunión muy importante con unos gallones del gobierno y unos gringos y quiero que te veas muy bien y me acompañes.  Si vas a putear pos que sea entre gente de calidad.

--Ya tengo una audición en Televisa, hermano.  No creas que no tengo iniciativa.

--¿Con quién en Televisa?

--Se llama Polito Chedraui Servitje y creo tiene hueso ahí.

--Ah, sí, ese cabrón está a cargo de los noticieros.  Le suplimos talquito a él y López Droguira.  Mira, haz tu luchita por ese lado y nomas me ayudas a apantallar a estos cabrones.  ¿Estamos?

--Por mi muy bien.  Oye, ¿Qué has sabido de los viejos?

--Sé que se andaban muriendo de hambre.  Me sobraba un cambio y se los mande para que se ayudaran.

--¿Solo les diste una limosna?

--Si.  Me caen de la chingada.  De haber seguido sus consejos hubiera acabado la universidad y andaría de muerto de hambre con un titulito de ingeniero y cobrando un salario de hambre.  Esa pinche mentalidad clasemediera que se cargan vale para pura y celestial chingada.  Lo mejor que me pudo ocurrir fue meterme a los “negocios”.   En México no hay futuro a menos que te metas a narco, o te vayas de mojado, o te metas de puta.

--Si lo sabré yo, Lupercio Antonio, si lo sabré yo.

(comerciales de SoPRIana)

V.       El Profesor

Chicago.  Esta nevando de la chingada.  Enfrente de un Home Depot se acurrucan uno mojados.  Todos están mal vestidos y medio azules por el frio.

--¡Con una chingada que creo que ya no siento el pito!

--Y yo quiero mear –se queja un muchacho, nuestro conocido Toribio Brayan.

--¿Tú eres nuevo verdad? –le dice un hombre viejón.
 
--Si, acabo de llegar.

--Pos mira, vete a la esquinita esa y ahí meas.  No expongan el pito a la ventisca o se te va a congelar.

--Pero, ¿Qué si vienen a recogernos?

--Yo te llamo, chavo, como dicen los gringos, trost mi.

Toribio Brayan se dirige a la esquina.  Con sus dedos medio congelados batalla mucho para abrir su bragueta.  En eso se oye una conmoción.

 -I need three!  Only three –indica un gringo con una pickup indicando que solo quiere tres mojados.  Hay, sin embargo, como treinta arremolinados a su alrededor.  Tres alcanzan a subirse al pickup.  Un cuarto lo hace también y los tres abordo lo avientan fuera.

--¡Hijo de la chingada!  ¿Pos no que me iban a avisar?

--¿Quién muchacho?  Aquí es la ley de la selva.

--Si, camarón que se duerme se lo lleva la chingada.

--Ayúdenme, no sean cabrones –gime el que tiraron de la pickup.  Todos lo ignoran excepto Toribio Brayan. 

--A ver, deme la mano.  Válgame Dios.  Creo que lo vide rebotar.

--Ay, carajos, creo que me luxe el tobillo.

--Dese de santo que no se rompió la pierna.  ¿Puede caminar?

--Muy a huevo.  Me lleva la chingada, ya soy un viejo decrepito.  Ya ni para ir a poner sheetrock sirvo.

El fulano es en efecto un vejete sesentón.

--¿No vendrán otros gringos a recoger gente?

--¿A esta hora?  Lo dudo.  Además, con la nevada como está la gente no va a salir para nada.

Toribio Brayan se ve desolado.

--¿Qué te pasa muchacho?  ¿Creías que aquí los dólares crecían en los arboles?  ¿Qué la chamba abundaba?

--¿Y ahora qué hago?

El viejo saca una botellita.

--Ten, tomate un trago.  Ayuda.  Si te vas a quedar congelado hace que ni lo sientas.

--¡Es que esto es de la chingada!

--Lo mismo digo yo.  Pero, ¿Qué quieres? Es el anno domini 2033 y hay sesenta millones de mexicanos que andan de mojados aquí en Gringolandia.  Cuando piden tres changos para poner sheetrock cien se presentan y se pelean como perros por subirse a la troca.  Yo he visto hasta gente que se da cuchilladas para tener lugar.

 --¿Qué es eso de anno domini?

--Ah, es latín, significa el año del señor, es decir de la era cristiana.  ¿Hasta qué año estudiaste?

--Empecé la universidad en la UNAM pero me tuve que salir.  Aunque me dejaron endeudarme para pagar mi educación mis viejos no pudieron ni pagar los intereses del primer año en los préstamos.

--Ah, sí, los neoliberales se copiaron esa gringadera de que la gente se endeude para pagar la universidad.  La educación gratuita o casi gratuita en la UNAM se fue a la chingada cuando la privatizaron.

--Le embargaron un terrenito a mis viejos y no sé si ya hayan perdido la casa.  Esos del banco son unos hijos de la gran puta.  ¡Y el pinche banco era en parte dueño de la misma universidad una vez que la privatizaron!

--Entiendo.  Yo era profesor universitario, en una universidad de provincia.  Pero a raíz que toda la educación se privatizo pos me empezaron a pedir doctorado de Harvard o que se yo.  Aunque yo tenía treinta años ya de docente y había hecho publicaciones en el extranjero no tuvieron empacho en correrme como si nada los hijos de la gran puta.

--No chingue.  ¿Y que enseñaba?

--Un poco de todo.  Pero antes, hay que ver como sobrevivimos esta noche.  Me imagino que no tienes ni donde dejar tus huesos.

--Nel. Acabo de llegar a Chicago.

El viejo se dirige a un tambo de la basura.

--Primero tenemos que llenar la panza.

--No me diga que va a comer desperdicios.

--Lo he hecho.  Orita en invierno no hay tanta cucaracha.  Pero no, mira, aquí tengo este itacate –dice el viejo sacando un costal y extrayendo unos sándwiches de jamón cuidadosamente envueltos.

--¿Y esto?  Están fríos pero Buenos.

--Se lo debo a mi pito.

--No entiendo.

--Una negra me los hace.

--¿Le hace el amor todavía y en agradecimiento se los prepara?

--No seas pendejo, muchacho, Mary tiene ochenta años y yo ya no soy gallo.  Pero si, se lo debo a mi pito.

--Me tiene en las mismas.

El viejo saca un silbato.

--En mi vieja universidad yo era árbitro de futbol en la liga universitaria.  Siempre traigo este pito o silbato.  Pues bien, una noche dormía yo en un callejón cuando oí un desmadre.  Se trataba de una banda de punks chicanos.  Estaban asaltando a Mary.  La negra gritaba desesperada pero nadie en el ghetto quería intervenir.  Sin pensarlo más empecé a usar el silbato y armar desmadre.  Se oyó a lo lejos una sirena de patrulla en respuesta y los cabrones salieron huyendo.  Desde entonces Mary siempre me deja un itacate en su tambo de la basura. 

--Pos es lo menos que podía hacer la señora, pienso.  Por lo menos que lo deje dormir en su dintel.

--Eso no es posible.  Su hijo es parte de los Crips y odian a los mexicanos.  No me apetece que me abran en canal esos cabrones.  Así estamos mejor, Mary y yo, de lejecitos.

--¿Qué son los Crips?

--Antes era una banda de narcotraficantes.  Bueno, lo siguen siendo.  Pero, veras, la negrada se volvió a politizar, como en los tiempos de Vietnam, a partir del baño de sangre cuando la presidenta Clinton se metió a Iran y la mayoría de las bajas fueron o bien negros o chicanos.  Ahora son bien rojillos y quieren usar el dinero de la venta de drogas para tumbar al capitalismo, juar juar. 

--¿Son los que volaron la bolsa en Wall Street?  Yo pensaba que esos habían sido unos ironies.

--Los medios mienten, muchacho.  A los gringos no les convenía divulgar que tenían a los negros haciendo acciones insurgentes.  Ahora, sígueme. Tengo un lugar donde podemos guarecernos del frio.

--Los pinches negros me trataron de la chingada cuando venía a Chicago.  En Kansas me dieron una madriza.

--No los culpo.  Como te dije, se calcula que hay como 60 millones de mexicanos que andan de mojados aquí.  Somos competencia para ellos y para los gringos pobretones, que por cierto son la mayoría ya.  A veces suelen llegar bien negros o gringos y balacean a la raza que está esperando a que los recojan.

Los dos llegaron a un punto donde se podía ver un túnel.

--¿Ves el tubo empotrado ahí?

--Si.

--Lo usaremos para bajar hasta el nivel de la vía.  Abusado sin embargo.

--Creo que no me caeré.

--Eso es lo de menos.  El pedo es que el tren a veces sale hecho la madre.  También ¿ves ese tercer riel ahí?

--Si.  ¿Qué con él?

--Si lo tocas te electrocutes.

--Puta madre.

--Sígueme, con cuidado.  Cruzaremos la vía y entraremos al túnel.

Tal hicieron y el viejo lo guio hasta una puerta herrumbrosa.

--Lo descubrí de casualidad.  Nadie entra aquí.  Quesque espantan.

El viejo abrió la puerta muy a huevo y busco entre las sombras un quinque. 

--Ahora sígueme, muchacho.  Hay una escalera medio endeble.

Los dos eventualmente descendieron hasta una amplia habitación.  Estaba retacada de libros y varios colchones estaban en el lugar.  El sitio estaba relativamente limpio y seco y no muy frio.  El viejo se dirigió a una chimenea.

--Esto se ve a toda madre.   ¿Cómo es que existe aquí?

--Dale las gracias al coronel Vanderbilt.

 --¿Quién fue ese mono?

--Un capitalista ferrocarrilero de principios del siglo XX.  Solía mandar hacer estaciones subterráneas donde solía quedarse mientras viajaba. 

El viejo aventó unos libros a la chimenea y los prendió.

--¿Le parece bien quemar libros?

--Ah, todavía tienes los complejos de un universitario, muchacho.  No te preocupes.  Estos son un chingamadral de biblias de una imprenta luterana.  El lugar cerró y yo logre entrar en su bodega.  Es excelente combustible.

El viejo se sentó en un mullido sillón enfrente del muchacho.

--Bien, creo que debemos presentarnos.  Mi nombre es Jacinto Cenobio Corcuera, profesor de psicohistoria.  ¿Y vuecencia?

--Mucho gusto, maestro –dijo Toribio Brayan y dando su nombre--.  ¿Qué es eso de psicohistoria?

--Ah, ja, ja, me imagino que no conoces a Azimov.  Veras…

(spots del gobierno federal)

VI.     El Inmortal 

Corre 2033, o sean 21 años de la llamada “restauración del PRI”.  En los Pinos el mandatario en turno, el Lic. Celestino Masiosare Martínez Bedoya, veracruzano, del PRI, espera impaciente junto al holo-telefono.  Son las ocho de la mañana.

--El viejo ya se está tardando. 

--A la mejor ya se murió, licenciado –sugirió su secretario particular, Filadelfo Turrubiates Maldonado.

--¡Que la boca se te haga chicharrón cabrón!  Sin “el inmortal” la republica quedaría a la deriva.  ¡Yo tendría que tomar decisions!

De pronto un holograma se materializa en medio del despacho.  Ambos hombres se ponen de rodillas como Darth Vader ante el holograma del emperador de la galaxia.  En la imagen se ve un vejete con shorts.

--Perdonen la tardanza, caballeros –dice el anciano en una voz tipluda--.  Pusieron la nueva puta versión de esta chingadera y yo no le entiendo muy bien a estas mierdas todavía.

--¡Bendito sea Dios que usted está bien!

--¡Su excelencia ya nos tenía con preocupación!

--Ah, no sean tan lambiscones.  Pero estoy bien.  Hay Chabelo para rato.  Viejo los cerros y reverdecen. Saben, he estado pensando.

--Usted dirá, excelencia.

--Hmm, ¿ustedes acaso piensan?
 
--A veces lo intentamos, su excelencia.

--¡Pero no podemos equipararnos al mejor intelecto que ha dado México en el siglo XXI!

--Si serán pendejos.  ¡Yo naci en el siglo XX!  ¡Es más, don Porfirio era president!

--Es lo que digo, don Chabelo, usted es el mejor intelecto que ha dado México en el siglo XX.

--Vamos, en todo los siglos, excelencia.  ¡Ni sor Juana!

--¿Sor Juana?  ¿No está en los billetes de cien millones de pesos?

--Si, excelencia.  Al tipo de cambio de hoy equivale a unos dos dólares.

--No está bien que la monjita este en un billete de tan baja denominación.  Ella fue nuestra primera medallista olímpica, creo que en pentatlón, de ahí que aparece con esa medallota.  ¡Puso muy en alto el nombre de México!

--¡Usted don Chabelo es toda una luminaria!

--Ahora mismo doy orden al banco de México que la pongan en los billetes de un billón de pesos --se apresuro a decir Martínez Bedoya.

--Bueno, decía yo, he estado pensando.  Dígame, Martínez Bedoya, ¿cuantos mexicanos andan de mojados en Gringolandia hoy?

--Oficialmente son 50 millones, excelencia.

--Pero las cifras de los consulados indican que son como 70 millones don Chabelo.

--Exacto.  Y hay 60 millones de habitantes que se han quedado en la república.  O sea, ya hay más mexicanos en Gringolandia que en México.

--Pos si, excelencia.  Es que con tanta mina a cielo abierto ya casi ni se puede caminar por la republica sin riesgo de caer en un hoyote.

--Decía yo, caballeros, que me he puesto a pensar.  Mi antecesor, el licenciado Salinas…

--¡Que Diosito tenga en la Gloria!

--¡Amen!

--Si ese fue un horrible accidente.  ¿Y saben que es lo peor, caballeros?

--¡Diga usted patroncito!

--¡QUE LOS MALDITOS COMUNISTAS ME ACUSAN A MI DEL ACCIDENTE!  ¡SI! ¡A MI!  ¡Y PEOR, HASTA HAN HECHO AGRADECIMIENTOS PUBLICOS A MI PERSONA!

--¡Gentuza!

--¡No les haga caso, don Chabelo!  ¡No saben apreciar!  ¡No!

--Pos bien, antes de que su Lear se cayera en el popo don Carlos solía aconsejarme como un padre a un hijo.  Y eso a pesar que yo era más viejo que él. 

--¡Y para fortuna de la republica prohombres como ustedes se llevaban de manita sudada!

--Tampoco cabrones.   Si, una noche estábamos borrachos y algo hubo, pero, repito estábamos borrachos y eso no cuenta. El caso es que don Carlos solía aconsejar que en un momento será evidente que la llamada independencia de México era una estupidez, un dogma caduco.  Caballeros, creo que ese momento ha llegado.

--¿Una unión política con los gringos excelencia?

--¿Cree que dirán que si?

--Es cosa de hablar con Macumba T. Johnson, el recién electo presidente de EEUU.

--El negro ese a la mejor lo venadean.  Prometió que lograría la rendición de Irán y esos cabrones siguen en pie de guerra a pesar que ya les aventaron cuatro bombas nucleares.

--Ese es el punto.  Escuche Martínez Bedoya, quiero que le ordene al chango de la Sedena…¿Cómo se llama ese pendejo?

--El general Doroteo Balarrasa, excelencia.

--¡Ese pendejo!  Le ofreceré al negro Macumba que México se unirá a la guerra contra Iran.

--¡Pero los guachos solo sirven para desfilar, excelencia!

--No importa.  Los iraníes han puesto murallas de campos minados y así han tenido a raya a los gringos.  Los negros y los chicanos se han sublevado cuando los mandan a atravesarlas.  Mandaremos a los guachos a desfilar por en medio de estos.  Así les abrirán paso a los gringos.  Hasta les levantarían un monumento a su “sacrificio” allá en Washington y seria la manera de cimentar la unión de las dos repúblicas.

--¡Brillante excelencia!

--¡Si!  ¡Usted es todo un estadista!

--¡A huevo que lo soy!  Escuchen, par de pendejos, quiero que Televisa empiece a lavarles el cerebro a los mexicanos.  Los quiero bien pendejos.

--¿Más excelencia?

--Si más.  Empiecen a insistir que el nacionalismo es caduco y que técnicamente México es parte de Norteamérica.  Es decir, somos “norteamericanos” a pesar de estar prietos.  ¿Entienden? 

--Correcto, excelencia.

--Despreocúpese, don Chabelo, así se hará y hasta les empezaremos a enseñar el himno yanqui, el “born in da yu es ei”.

--Excelente caballeros.

(spots del gobierno federal insistiendo que los mexicanos son “norteamericanos”)

 

 


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