Algo que poco se ha comentado sobre la reforma fiscal que propone Enrique Peña Nieto es el efecto que tendrá el aumento del IVA a 16% en la frontera.
La tasa fronteriza de IVA es de 11% para medio tratar de competir con los precios de Estados Unidos en la frontera, ya que en California el sales tax es de menos de 9% y eso por emergencia financiera en ese Estado.
Aún así, miles de bajacalifornianos cruzan a diario la frontera en Tijuana y Mexicali para comprar ropa, zapatos, comida y electrónicos y electrodomésticos por la sencilla razón de que es más barato.
(DATO: Es más barato porque en Estados Unidos se destruyó a su infraestructura industrial por maquilar en China y otros paises del tercer mundo, lo cual ha afectado gravemente a buena parte de la fuerza laboral en ese país.)
Pero si encima se le sube el IVA a 16% a las ciudades fronterizas, el consumo corre el riesgo de disminuir ante el hecho de que la gente en la frontera tendrá un mercado más barato: El de Estados Unidos.
¿Y los que viven en Estados Unidos no consumen en la frontera? Sí; van a emborracharse los fines de semana o a comer tacos. Pero son pocos y no van de shopping a las tiendas de Tijuana ni a las de Mexicali. ¿Pues a cuáles? ¿Y a comprar qué?
La excepción a la regla fue durante la devaluación de 1994 (sí, la de Salinas y Zedillo), cuando el peso se devaluó a la mitad. Entonces sí le convino a mucha gente de Estados Unidos comprar en Mexicali y Tijuana. ¡Todo estaba a la mitad!
Lo cual quiere decir que lo único que podría incentivar el consumo en la frontera, sólo de manera temporal mientras aumentan los precios nuevamente, es una devaluación.
¿Quiere decir entonces que lo que está anunciando Peña Nieto con el aumento al IVA en la frontera es una devaluación masiva?
Porque de otra manera no hay incentivo para el consumo en la frontera. Y si no hay consumo, tampoco hay IVA... ni ISR, ni empleos, ni formalidad.
Lo que sí podría aumentar en la frontera con la reforma fiscal de Peña Nieto es el narco.
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