De acuerdo con El Universal, la reforma de Peña Nieto además de privatizar al sector energético, cambiaría al régimen fiscal de Pemex "con el propósito de homologarlo al de un corporativo."
Eso significa que Pemex pagaría un ISR de 30% en vez del 100% que ahora paga, pero sin proporcionar una fuente de ingreso para recuperar el 70% perdido.
Peor aún: si las empresas privadas que participen en la cadena productiva de Pemex se escudan en el privilegio fiscal conocido como consolidación fiscal, prácticamente no pagarán impuestos pero sí obtendrán parte de la renta petrolera.
Cabe recordar que el PRI pretende subir el IVA y cobrarlo además en medicinas y alimentos precisamente para tapar el boquete fiscal que dejaría la privatización de Pemex.
Esto significaría que quienes pagarían por la privatización de Pemex que pretende Peña Nieto serían la clase media y los pobres.
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