La encuesta levantada en vivienda del 13 al 16 de julio de 2013 revela que los mexicanos que no quieren que Pemex se privatice superan 3 a 1 a los que sí están de acuerdo.
En el caso de Pemex, en específico, 49% no quieren que se abra a la IP, mientras que sólo 16% sí están de acuerdo. 25% no están ni a favor ni en contra y 10% no saben. Esto quiere decir que hay 3 veces más mexicanos que no quieren que Pemex se abra a la IP que los que sí quieren.
En el caso de CFE, 47% de los encuestados no quieren que se abra a la iniciativa privada, mientras que sólo 18% sí quiere. 27% no está ni a favor ni en contra y 8% no sabe.
Esto quiere decir que los mexicanos que no quieren privatización en CFE son 2.6 veces más que los que sí quieren.
La encuesta también revela que tanto los que se oponen como los que si quieren la privatización del sector energético se han ido reduciendo desde 2002 a la fecha, mientras que los que no saben han aumentado.
Sin embargo, los que ven a la entrada de capital privado a Pemex como una privatización de Pemex han aumentado de 49% en 2007 a 59% en 2013, mientras que los que creen que el Estado seguiría teniendo el control de Pemex son cada vez menos, al pasar de 29% en 2007 a 17% en 2013.
Y por si fuera poco, el 53% de la gente declaró que la inversión privada en la industria eléctrica los perjudicaría, mientras que sólo 15% dijeron que los beneficiaría.
Por el contrario, 71% dijeron que los empresarios serían los beneficiados de una privatización.
38% dijo que México será perjudicado con la privatización y sólo 24% dijo que sería beneficiado.
Además, Parametría mostró los resultados de otra encuesta recuente, la de CESOP, la cual muestra que 54% no están de acuerdo con que se permita inversión privada en la industria petrolera contra 36% que sí está de acuerdo.
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