Parte Uno – Donde el mundo tiene la fortuna de verme nacer
Querido diario (o log, yu nou):
Te contare como llegue a este mundo. Estoy seguro que muchos no pueden seguir con
sus tristes vidas si no se enteran.
El lugar donde “nací” es un hospital de la “jai” en
Polanco. Un galeno está en conclave con
un fulano de aspecto oriental.
--Pos no hay remedio, Sr. Fukimoto, vamos a tener que hacer
el injerto.
--Correcto, doctor Álvarez.
No se preocupe, la Toshuda Bio Implant Corporation de Fukushima
garantiza que el aparato funcionara.
--El pedo es que el viejon se ha debilitado mucho. Con eso de que el cáncer se le extendió de la
próstata al pito no sabemos si sobrevivirá.
--Despreocúpese. El
aparato trae nano mini bots que se encargaran de empatar los vasos sanguíneos y
las conexiones neuronales. O sea, el paciente sentirá como si fuera suyo el
aparato. Usted tan solo quite el viejo
pene, el que esta carcomido por el cáncer y el resto lo haremos con la tecnología
que traemos.
--Pos usted sabrá.
¿Entiende que este fulano es político y compadre del patroncito pelón
copete de hueso? Ese fulano es muy
asesino. Si se nos muere el cristiano usted
y yo amanecemos encobijados en una zanja.
--Si se refiere usted al Sr. Salinas, él fue precisamente el
que nos contactó. Está muy preocupado
por la salud del paciente y fue el que ordeno que se nos paguen todos los
gastos, a través de una cuenta de PEMEX, por supuesto.
Bien, querido diario, debo ahora describirme a mí
mismo. Para empezar soy grandote, vamos,
digno de un actor porno, como de unos 35 cm. de largo y 5 de diámetro. Estoy cubierto con un compuesto de latex que
da el gatazo a ser de verdad. ¡Vamos,
hasta barritos tiene! Traigo varios
microprocesadores, abundante memoria, un GPS integrado, inteligencia artificial
a base de unos desarrollos que encontraron en un OVNI en el Área 51, sismógrafo,
wifi, y mi propia cuenta de twitter, @donmenfis (por si me quieren seguir). Ah, y lo más
importante, siempre estoy rígido, bien parado, como si me tocaran
permanentemente el himno nacional. O
sea, estoy so-ña-do y soy muy modesto cuando afirmo esto.
El paciente era con Carlos Romero Deschancros, secretario general del sindicato petrolero, el STPRM, y senador de PRI. El viejo muy a huevo sobrevivió la operación, a pesar de lo que el japonés prometio. Pero los médicos mexicanos hicieron milagros pues no querían que el patroncito chulo los mandara balacear.
El viejo se logró poner en pie una semana después.
--O sea, ¿tengo pito nuevo?
--En efecto, don Carlos.
¿No siente como le cuelga?
El viejo no podía verme debido a la panza.
--Pos algo siento, si.
Por cierto, quiero miar.
Con mucho cuidado llevaron al paciente al baño.
--Parece a una distancia del mingitorio, don Carlos.
--¿Y eso? Yo meaba
puros chorritos.
--Es que el nuevo pito tiene unas bombas de desplazamiento
positivo integradas. El chorro debe de
salir con mucha fuerza.
En efecto, los meados casi desempotraron al mingitorio.
--¡Ah cabrón! ¡Estoy
meando como cuando tenía 15 años! Oiga,
¿y este aparato funciona?
--En teoría sí. No le
quitamos los testículos durante la operación. Usted tiene toda la función normal. Sin embargo, yo le recomendaría que se fuera
con tiento al eyacular no vaya a lastimar a la mujer con que tenga coito por la
fuerza del chorro. De todas maneras sus
dos testículos ya casi no producen semen.
--No importa, aunque sea de a poquito.
--De todas maneras tendrá que tener precauciones.
El viejo me tentó.
--Oiga doctor, esta chingadera esta dura.
--En efecto, don Carlos, siempre lo está.
--¡Pero pos no puedo yo andar con esta chingadera así!
--Me temo que no hay de otra, don Carlos, son órdenes del
otro don Carlos que usted porte estas armas.
--Ah bueno, si la instrucción viene de arriba ni modo.
Pasaron varias semanas.
El viejo ordeno que se alistara su yate y cruzo el atlántico y se fue a
recuperar en St. Tropez. Todo esto ocurría
durante el sexenio del enano borrachín.
Toco que una mañana el viejo se desayunaba en la cubierta de
su yate cuando se le acerco su secretario particular, el lic. Celestino
Filadelfo Turrubiates.
--Jefe, siento molestarlo.
--¿Qué chingaos traes Celestino?
--Nos acaban de mandar un correo desde México. Hay bronca.
--Desembucha.
--Vera, unos comunistas sacaron a la luz el contrato de su
nuevo pito. Ya ve usted como son los
proles envidiosas. Ya los periódicos están
publicando la nota.
--¡No la chinguen! Pásame
al gachupincito puto ese que está en la SEGOB.
Pronto se hizo la conexión.
--¡Joder! ¿Dónde estáis
don Carlos?
--En St.
Tropez, pinche puto. Escúchame cabrón,
solo te lo repetiré una vez…tienen que tapar lo del contrato para mi pito.
--¡Me cago en Cristo!
En efecto es lo que andan los medios sacando. Aparentemente los comunistas se metieron al
IFAI.
--Me vale una chingada.
Solo tapen esa chingadera. Si se
enteran los sindicalizados que tengo pito bionico no me van a tener
misericordia. Y ustedes, cabrones, los
necesitan todos mansitos para que se dejen meter la verga cuando REPSOL se
agandalle de PEMEX. ¿Entiendes pinche
gallego puto?
--No me insultéis. Veré que puedo hacer, por supuesto.
¡Todo sea por REPSOL! Ah, si queréis usarme como mujer con ese aparato, nada mas dejadme saber cuando. Yo estoy mas que dispuesta. Jelipe casi no me hace cosquillas.
Y asi fue que tumbaron el contrato del IFAI. Por supuesto, ustedes, cabrones, se están muriendo
por saber como y con quien fue que el viejo me “estreno”, si fue con el galleguito o con una mujer. Bien, la afortunada fue una mujer de pelo en pecho que aguanto mis embates. Claro, don Carlos tuvo que
ir hasta Coronado en San Diego pero eso es otra historia que luego les contare.
Jav a nais dei
Piter
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