Las elecciones de este domingo no sólo serán decisivas para debilitar al PRI en 14 estados, sino que además demostrarían que Enrique Peña Nieto no ganó en 2012, sino que hizo fraude.
Y es que perder votos como se tiene proyectado que el PRI los perderá este domingo luego de haber "ganado" las elecciones presidenciales con un candidato supuestamente "popular" simplemente resultaría incomprensible. ¿Cómo que va a perder el partido del que se supone que ganó por un montón de puntos porcentuales las elecciones?
Pero todo indica que el PRI en efecto perderá muchas de las elecciones en juego, incluyendo la alcaldía de Puebla y posiblemente la gubernatura de Baja Calfornia si consideramos que las encuestas que le dan ventaja a Fernando Castro Trenti las pagó el PRI.
¿Qué significaría eso? Que el PRI nunca fue popular. Que fue mentira que Enrique Peña Nieto hubiera tenido realmente la cantidad de votos que dijo el IFE -por lo menos sin comprarlos- y que el PRI en realidad es repudiado por una buena parte del país.
Y desde luego, que Peña Nieto no logró convencer a nadie a 7 meses en Los Pinos.
La situación no es nueva. Ocurrió también luego del fraude electoral de Felipe Calderón en 2006. El PAN perdió una y otra vez elección tras elección, demostrando que ni Calderón ni el PAN eran populares.
Es lo que pasa cuando se haca fraude, pues.
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