Una de las causas de la operación de nódulo tiroideo a la que se someterá Enrique Peña Nieto el día de hoy es la posibilidad o la detección de cáncer.
De acuerdo con la Universidad de California en San Francisco, dos de las cinco posibles causas para extirpar el nódulo tiroideo son relacionados con la detección de cáncer. Las otras tres tienen que ver con dificultades para respirar o bloqueos de vías sangúineas.
¿Ha tenido Peña Nieto dificultad para respirar recientemente? No lo parece en los videos en los que aparece.
En Los Pinos, mientras tanto, no han dicho por qué van a operar a Peña Nieto. Sólo anunciaron la operación, más no la causa.
Y ese es precisamente el problema, ya que hace apenas dos años el periodista Rafael Loret de Mola publicó que fuentes del PRI afirmaron que Peña Nieto tenía cáncer de colon. Pero el PRI negó la versión.
Así que, como en su momento lo hiciera Carmen Aristegui, los medios deberían estar exigiendo a Los Pinos que respondan si Peña Nieto tiene o no tiene cáncer.
Porque si tiene cáncer, entonces no debería estar en el poder. Máxime cuando el país cada vez se hunde más en la ingobernabilidad, como está ocurriendo en Michoacán, estado donde, lo que son las cosas, el gobernador priista Fausto Vallejo tuvo que pedir licencia para ausentarse del cargo precisamente porque, por motivos de salud, no podía gobernar.
Ahora bien: si bien puede ser el caso que los doctores aún no sepan a ciencia cierta si Peña Nieto tiene cáncer o no -eso lo sabrán a ciencia cierta cuando lo operen- algo tan serio no se le puede estar ocultando al país.
Porque si Peña Nieto si de por sí no hay gobernabilidad con Peña Nieto, si está en riesgo de un problema de salud tan fuerte, simplemente no debe estar en el poder.
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