Ayer por la tarde el coordinador del PAN en el Senado, Jorge Luis Preciado, convocó a los senadores panistas para exponer la propuesta de reforma energética que pretende impulsar el blanquiazul en el congreso, y con la cual, igual que la propuesta del PRI, buscan privatizar Pemex.
Pero de los 38 senadores panistas, sólo fueron 10, de los cuales sólo 2 eran corderistas. Es decir, mandaron a volar a Preciado.
O en otras palabras, ni los panistas tragaron la propuesta privatizadora del PAN.
No porque los panistas afines a Felipe Calderón no quieran la privatización de Pemex. Vamos, el propio Calderón pretendió privatizar Pemex el sexenio pasado. No; fue porque los calderonistas están peleados con los afines a Gustavo Madero.
Lo que llama la atención, es el hecho de que se les esté cayendo su propia iniciativa de manera interna por los pleitos que tienen los panistas entre ellos.
¿Qué es lo que va a pasar? Pues que los panistas calderonistas van a votar por la reforma privatizadora de Enrique Peña Nieto.
Lo irónico de eso, es que los corderistas se quejaron de que Madero estaba haciéndole las chambas a Peña Nieto.
Ahora los que parecen estar de lacayos de Peña Nieto, son los calderonistas.
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