No habían pasado ni 24 horas desde que Marcelo Ebrard relanzó Movimiento Progresista, con miras a encabezar la dirigencia nacional del PRD, cuando uno de los perros de ataque del salinismo, a quien sólo llamaremos Ricardo Animal, se le lanzó con todo a Ebrard.
Ricardo Animal publicó una columna en la cual pretendió acusar a Ebrard de corrupto, pero sin mostrar una sola evidencias para sustentar sus acusaciones. Misma estrategia difamatoria que ha usado contra Andrés Manuel López Obrador, contra #YoSoy132, contra el movimiento No Más Sangre, y contra todo lo que signifique un peligro real para los intereses del salinismo, sea con el PAN o con el PRI.
¿Por qué el encono de Ricardo Animal contra Marcelo? Pues porque el mensaje de Ebrard es claramente en contra del Pacto por México (que sólo le beneficia a Enrique Peña Nieto); en contra de la privatización de Pemex (ya se sumó a la idea de hacer un referendo ciudadano en base al artículo 35 Constitucional) y en contra del IVA en medicinas y alimentos, que son los dos atracos a la nación que el salinismo busca desde hace dos sexenios.
Además, Ebrard busca la unidad de las izquierdas. Y si logra llegar a la dirigencias nacional del PRD, los chuchos serán desplazados, lo cual, además de reforzar la unidad de las izquierdas, significará que el gobierno de Enrique Peña Nieto ya no podrá seguir mangoneando al Sol Azteca.
A todo esto hay que agregarle lo que debe tener a la derecha salinista con los calzones faroleados: al igual de Miguel Ángel Mancera, Ebrard es uno de los dos posibles aspirantes presidenciales que puede atraer el voto de electores panistas y aumentar el voto de la clase media para la izquierda. Andrés Manuel López Obrador no tiene ese nivel de aceptación entre el electorado panista, se debe decir.
Y si la izquierda logra concretar una opción política que le sea atractiva no sólo a los que ya están convencidos de votar por la izquierda, sino a los que están desencantados con el PAN -y cada vez son más- la derecha salinista no podrá lograr los atracos que planea perpetrar contra los intereses de la nación.
Por eso la derecha ahora está poniendo a sus perros de ataque a ladrarle a Ebrard. Se pusieron nerviosos. Saben que la farsa del Pacto por México se se acabará con Ebrard, y que si Ebrard llega a la dirigencia nacional del PRD, le pueden decir adiós a tener al PRD de su mascota, como lo han tenido ahora con los chuchos en la dirigencia nacional del partido.
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