El diario Reforma publicó ayer que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ordenó el bloqueo y decomiso de bienes y capitales de dos presuntos operadores de los Zetas, uno de los cuales llegó a lavar millones de dólares para ese cártel.
Ésto gracias a una ley -conocida como la Ley Kingpin- que le permite al gobierno de Estados Unidos bloquear bienes y capitales en el extranjero procedentes del narcotráfico inclusive después de haberse lavado.
Y además, el gobierno de Barack Obama señaló que lacción del gobierno de Estados Unidos se centra en las actividades de operativos financieros de Los Zetas.
Es decir, Estados Unidos se está concentrando en lo que realmente le permite al narco operar: El dinero.
¿Qué hace Enrique Peña Nieto mientras tanto? Nada. Vamos, tan pronto como fue arrestado el Z-40 ya se sabía quién sería su sucesor en el cártel. ¿De qué sirvió entonces detenerlo si todo seguirá igual?
Si el gobierno federal priista realmente quisiera parar al narco, se enfocaría en el lavado de dinero, pero hasta la fecha ningún operativo del gobierno federal, ni con el PAN ni con el PRI, se ha enfocado en combatir el lavado.
Y como resultado, la violencia en México sigue fuera de control desde que Enrique Peña Nieto llegó al poder.
Lo cual, la verdad, ya resulta difícil de saber si es simple ineptitud por parte de Peña Nieto, o de plano complicidad.
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