El ex candidato presidencial priista, Enrique Peña Nieto, cacareó ayer un supuesto programa para la formalización del empleo, con el cual pretende que los mexicanos que trabajan en la informalidad dejen de hacerlo.
Nadamás que el programa es una vacilada y un engaño burdo. Mire usted por qué:
El programa de Peña Nieto, para empezar, se fijó una meta de incorporar a 200 mil trabajadores en la informalidad a puestos de trabajo formales durante 2013.
Nadamás que hay dos detalles:
1. Hay 28 MILLONES de mexicanos en la informalidad, equivalente al 59% de los trabajadores en todo el país. Eso quiere decir que apenas estaría incorporando a la formalidad -suponiendo que realmente lograra generar esas plazas- al 0.71% de los trabajadores en un año. Multiplicado por 6 años, eso equivale a 4.26% de toda la fuerza laboral en la informalidad. Es decir, NADA.
2. De 2011 a 2012 la informalidad aumentó en 763 mil peronas. ¿De dónde va a sacar Peña Nieto los puestos formales para los 200 mil que dice que va a poner en la formalidad? Si lo que está aumentando en el país es el desempleo.
Lo cual nos lleva al segundo componente del engaño de Peña Nieto: ¿Cómo se van a generar empleos para los informales y para los mexicanos que se suman a la Población Económicamente Activa cada año?
Y aquí es donde viene lo no sólo engañoso, sino de plano idiota. Peña Nieto llamó a las empresas a otorgar empleos dignos que otorguen seguridad social y prestaciones de ley.
Los empresarios se deben haber reído de él como dos horas. Gracias a la reforma laboral -que Peña Nieto impulsó- los empresarios no tienen que dar prestaciones de ley ni seguridad social.
Ajá, ya mero. Como si los empleos se pudieran generar así nomás por decreto. Qué estupidez de Peña Nieto de plano.
Así que, como pueden ver, el programa de Peña Nieto contra la informalidad es una farsa, un engaño y una pantomima que sólo pretende engañar a los que se dejen.
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