Como ya los cacharon en la movida, el PRI insiste una y otra y otra vez en que no va a privatizar Pemex. Pero eso es un engaño.
En realidad el ardid del PRI es privatizar el sector energético, lo cual privatizaría a Pemex simplemente porque privados empezarían a realizar las tareas que ya realiza Pemex.
Pero eso no es lo peor de la maniobra privatizadora del PRI. Vean:
Para empezar, las empresas privadas que empiecen a hacer las labores que hace Pemex no pagarán casi el 100% de sus ingresos, como lo hace Pemex. Pagarán mucho menos del 30% de ISR debido a que, en el caso de las trasnacionales, tendrán privilegios como la consolidación fiscal para no pagar ISR.
Eso quiere decir que México perdería ingresos petroleros si empresas privadas entraran al sector energético a hacer lo que hace Pemex.
En segundo lugar, si tomamos como referencia las privatizaciones de Carlos Salinas de Gortari cuanto estaba en el gabinete de Miguel de la Madrid, y luego cuando estaba en la presidencia, a los pocos años de permitir la entrada de privados al sector energético el PRI y el PAN con toda facilidad podrían decir Pemex es obsoleto y los privados ya hacen lo que hace Pemex, por lo cual mejor van a desmantelar a la paraestatal.
Y el desmantelar a Pemex lo que causaría sería una privatización total del sector energético. Eso sí: sin privatizar Pemex.
Ni Pemex ni el sector energético necesitan privatizarse para crecer. Lo que necesitan es que se eliminen los privilegios fiscales y el gasto oneroso en el gobierno federal para que se liberen recursos para su desarrollo.
El detalle es que eliminar los privilegios fiscales y los gastos onerosos afecta a unos cuántos burócratas priistas y a unas cuantas grandes empresas (que no generan la mayoría de los empleos en México). En cambio, privatizar Pemex afecta a todos los mexicanos.
Mejor que se afecte a la alta burocracia priista y a unas cuantas grandes empresas que de todos modos tienen millonarias ganancias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario