El 27 de mayo pasado publiqué aquí en blogdeizquierda.com una columna sobre el libro de Sasha Issenberg, The Victory Lab, en el cual se demuestra que Barack Obama no ganó la presidencia de Estados Unidos en 2008 usando redes sociales e internet, sino por medio de lo que se conoce como "microtargeting", que es un sistema de análisis de datos demográficos para determinar en dónde y a qué electores debería dirigirse la campaña casa por casa.
Recientemente, el periodista Jonathan Alter publicó un libro llamado The Center Holds: Obama and his Enemies (El Centro se Mantiene: Obama y sus Enemigos, disponible en amazon.com como ebook en este link), sobre la campaña de Obama para reelegirse en 2012, y nuevamente redes sociales e internet no juegan un papel clave por si mismas para ganar la elección.
La clave del triunfo de Obama, nuevamente, fue el uso de microtargeting para identificar votantes que podrían ser persuadidos para votar por Obama por medio de una campaña casa por casa.
"Las redes sociales ayudaron, pero la clave para la victoria fue en el piso", dice Alter.
Internet en la campaña de Obama ayudó, pero no fue clave, mediante dos herramientas: email y Facebook.
Email sirvió para una campaña masiva de spam solicitando donativos para la campaña de Obama, pero sólo a electores que potencialmente podrían votar por Obama.
Es decir, antes de lanzar los emails, las direcciones primero se tenían que definir por medio de análisis demográfico para no desperdiciarlos en electores que no iban a responder.
Con Facebook pasó algo similar. La campaña de Obama encontró la manera de usar los datos de los usuarios de Facebook para determinar por medio de análisis demográfico cuáles usuarios tendrían la probabilidad más alta de votar por Obama. Es hasta después de que se determinó en el análisis cuáles usuarios podrían votar por Obama que se les enviaba solicitudes para que le pidieran a sus amigos en la red social que se registraran para votar o que votaran por Obama.
"¡Ah! ¡Entonces Obama sí usó redes sociales!" dirán algunos. Técnicamente sí, pero no como se cree que las usó.
En realidad para la campaña de Obama Facebook se convirtió en una especie de directorio telefónico que usó para filtrar a los usuarios, determinar por medio de análisis demográfico cuáles lo apoyarían, y luego enviarles mensajes.
Esto quiere decir que si la campaña de Obama no hubiera hecho el análisis demográfico primero, Facebook no le hubiera servido para nada.
Y lo mismo los emails. Si Obama hubiera lanzado una campaña de spam sin saber a quién le mandaba los emails, no le hubiera funcionado y hubiera desperdiciado recursos en hacer campaña para quienes no iban a responder a esa campaña.
Dato curioso: La campaña de Obama determinó que la mejor manera de hacer campaña para los Latinos era mediante spots de televisión en las telenovelas que se transmiten por Univisión.
Lo determinó en base a que en el resto del electorado la tendencia era a no ver comerciales de televisión, ya que la gente graba los programas con TiVo y luego los ve. Pero sólo 10% de los Latinos hacen eso, por lo cual los spots de campaña funcionaron con ese grupo demográfico.
Sin embargo, los spots que funcionaron con los Latinos eran sólo los que les informaron sobre los beneficios de la reforma de salud de Obama y sobre el Dream Act. Los spots de guerra sucia de los republicanos no tuvieron impacto en ese electorado.
Así que por segunda vez hay evidencia dura de que Obama no ganó con redes sociales; ganó con análisis de datos para luego enfocar la campaña por los diversos métodos disponibles. Pero en sí, ni las redes sociales ni internet fueron el factor determinante para Obama. El email fue un factor determinante para obtener donativos, pero no necesariamente para persuadir a electores de bajos recursos, por ejemplo.
Y es que un "like" en Facebook, un hit a un sitio de internet, o un retweet simplemente no se traduce a un voto si no se aplican medidas específicas para generar una acción por parte del usuario.
Ahí es donde el análisis demográfico es la verdadera clave. Es sólo por medio del análisis demográfico que se puede determinar cuáles electores serían los que podrían realizar una acción concreta.
¿A qué voy con esto? A que en México sigue estando muy de moda el venderle a los políticos "paquetes" para campañas en internet y redes sociales que simplemente no sirven para nada.
Y la mejor prueba de eso es que Enrique Peña Nieto, al final, tuvo que comprar votos con tarjetas de Soriana.
El detalle es que para que Peña Nieto pudiera comprar esos votos, primero los tuvo que identificar.
¿Cómo los identificó? Tocando puertas casa por casa para determinar qué electores eran los más corruptibles.
¿Cómo se esto? Porque hasta un video hay de la manera en la que el PRI se organizó para que le consiguieran credenciales de elector. Esa es la manera en la que el PRI identifica qué electores son fáciles de corromper con una despensa o con una tarjeta de Soriana.
Redes sociales tienen una función de difusión informativa muy eficaz pero sólo cuando la fuente es confiable y no se ve acartonada. Los partidos políticos y gobiernos no pueden desligarse de redes sociales si realmente quieren tener presencia y diálogo con la gente.
Pero una cosa es difundir información, lo cual es para todo público, y otra muy distinta generar una acción por parte del electorado, lo cual implica un esfuerzo de análisis demográfico y microtargeting.
Los políticos que confundan lo uno con lo otro no podrán hacer uso eficaz de internet y redes sociales como herramientas de comunicación política, y simplemente seguirán cayendo en los choros de los que venden soluciones mágicas de redes sociales alegando que trabajaron para Barack Obama en redes sociales cuando en realidad Obama nisiquiera usó redes sociales para definir su estrategia electoral.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario