No se lo esperaba el PRI. Pensaron que bastaba con que su prensa domesticada no dijera nada sobre las declaraciones de Enrique Peña Nieto al Financial Times, en las cuales admitió que sí pretende privatizar Pemex, y que además está acordado en el Pacto por México, para que no hubiera escándalo.
Pero les falló. Luego de meses de asomarse a las redes sociales sólo cuando temblaba, ayer por la mañana Marcelo Ebrard señaló la privatización de Pemex que pretende Peña Nieto y exigió explicaciones a Jesús Zambrano.
La y la prensa lo tuvo que notear.
El asunto se hizo más grande luego de que Zambrano declarara que va a impedir que se privatice Pemex, y luego de la respuesta del PRI tratando de tapar todo nuevamente.
¿Qué hacer entonces? ¿Cómo tapar este escándalo? Pues bien fácil: con una falsa alarma de bomba en la Torre de Pemex.
Ocurrida, por cierto, justo a tiempo para la hora del noticiero de López Dóriga.
Por si eso no fuera suficiente para hacer cortina de humo, López Dóriga pasa una nota de que arrestaron a uno de los más buscados del FBI en Playa del Carmen.
¿Y el debate que inició Marcelo Ebrard? ¿Y el tema de la privatización? Simplemente se le ignoró en la tele.
Lo cual confirma que las declaraciones de Ebrard pusieron contra la pared al PRI.
Y si la izquierda quiere evitar la privatización de Pemex, van a tener que mover el tema en los medios durante los siguientes meses hasta que el PRI se se poga nervioso. No hay de otra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario