Cito textual la declaración de Andrés Manuel López Obrador acusando al gobierno de Enrique Peña Nieto de orquestar una campaña mediática contra el gobierno de Miguel Ángel Mancera para hacerle creer a la gente que el DF está igual que el resto del país en términos de inseguridad:
“Lo que está pasando es que hay una campañita dirigida por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para hacer quedar mal al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, así como hacer creer que en la Ciudad de México está igual que en otros estados, este es el truco, son muy mañosos”.
Hay más. En caso de que no lo hayan notado, la campaña mediática del PRI -la cual ha tenido la ayuda de la ultraizquierda- empezó después de que el GDF le pusiera freno a la Cruzada contra el Hambre en el DF.
Es decir, cuando el gobierno del DF le impidió al PRI meter la meno en el DF.
Vean las fechas: las supuestas desapariciones del bar Heavens After ocurren el 26 de mayo por la mañana -aunque dos de los desaparecidos, según la SSPDF, se reportan como tales el 25.
El día 27 de mayo la titular de la SEDESOL, Rosario Robles, deja plantados a los Jefes Delegacionales de Álvaro Obregón, Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Tlalpan, donde Robles quiere llevar la Cruzada. Y los deja plantados porque horas antes el Jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, declaró que no asistiría a la reunión y que el tema estaba en manos del Secretario de Gobierno del DF.
La postura del gobierno de Mancera respecto a la Cruzada es muy clara: no permitirá que entre al DF sin que primero se ajuste a lo que consideren los Jefes Delegaacionales, los cuale perfilan diversas trabas para el proyecto electorero de Robles y Peña Nieto.
Es decir, Mancera y los Jefes de Gobierno perredistas, para fines prácticos, frenaron a la Cruzada contra el Hambre en el DF.
Dos días después, el 29 de mayo, se registra el bloqueo de familiares de desaparecidos. No parace ser orquestado por el PRI, pero el tema se convierte en arma de guerra sucia contra Mancera en manos de los medios plegados al PRI (y en manos de la ultraizquierda).
A partir de ese entonces no sólo se olvida el fracaso de Robles en el DF, sino que además se empiezan a perder del radar los diversos escándalos de delitos electorales del PRI que habían dominado en los medios durante semanas.
¿Coincidencia? Pues si lo fue, de plano fue una coincidencia muy, pero muy grande.
El hecho concreto es que los ataques sistemáticos contra el GDF y contra Mancera ocurren a muy poca distancia del fracaso de la Cruzada contra el Hambre en el DF, y a muy poca distancia de las elecciones estatales, en las cuales habrá alianzas entre el PAN y el PRD en algunos estados.
Quien lo quiera ver como coincidencia estará en su derecho. La verdad, yo no lo veo como coincidencia. Si bien las desapariciones sí ocurrieron, la campaña mediática contra Mancera es demasiado fuera de lo normal como para no sospechar de quienes la promueven.
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