Hoy por la mañana Carmen Aristegui presentó en su programa de radio una serie de acusaciones del abogado de la ex esposa del ex ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Genaro Góngora Pimentel, por un asunto de pensión alimentaria.
El asunto suena feo (estar haciendo todo lo posible por no darle pensión a su ex esposa para sus dos hijos), pero realmente es mucho menos grave que el caso de la golpiza del nieto de Jesús Murillo Karam, ya que Góngora no es funcionario público y Murillo sí.
El detalle es que el PRI se colgó del caso Góngora para tratar de tapar el caso Gentleman PGR. Mire usted:
Para empezar, Góngora Pimentel no es ministro desde hace 4 años, ya que se jubiló en 2009.
Los hechos que imputan habrían ocurrido en 2012, tres años después de haber dejado el cargo y cuando ya estaban estrictamente en el ámbito personal.
Lo de Murillo Karam, incluyendo el comunicado de la PGR solapando de manera velada a su nieto, ocurre cuando Murillo Karam es titular de la PGR, lo cual sí podría verse como tráfico de influencias al intervenir la PGR con su comunicado sin tener jurisdicción para hacerlo y al pararse de manera inexplicable la denuncia contra el nieto de Murillo.
Ahora veamos las acusaciones en sí contra Góngora:
1. Lo acusa el abogado de su esposa de tráfico de influencias por la rapidez con la cual fue a la cárcel acusada de fraude. La realidad es que Góngora le dio dinero a la ex esposa para comprar una propiedad a nombre de sus dos hijos, pero en vez de hacerlo la ex esposa compró la propiedad a nombre de ella. Y eso, ni hablar, puede ser visto como fraude independientemente de que el proceso sea rápido o tardado.
2. Que Góngora ha amenazado a familiares de su esposa para que declaren contra ella. Acusación grave, pero finalmente dentro del ámbito de un asunto personal que no implica a servidores públicos.
3. Que Góngora ha maniobrado para no darle pensión a la ex esposa para la manutención de sus dos hijos que sufren autismo. Grave y además de muy poca abuela, pero además de estar en el ámbito de lo personal, está muy, pero mucho muy por debajo del nivel de gravedad de lo que hizo el nieto de Murillo Karam, quien se metió a la casa de la hija del director del CISEN y la golpeó de manera brutal estando dormida. No, no se equivoquen.
4. Que Góngora quiere dar en adopción a sus hijos. Sería grave si se demostrara, pero no se ha demostrado aún.
Ahora bien; en el caso de Góngora hay sentencias. En el de Murillo no hay nada a pesar de lo grave de la golpiza y es esencialmente lo mismo que con el caso de Lady Profeco: el uso del poder federal para beneficio de parientes.
Así que insisto: lo de Góngora Pimentel suena feo, pero lo de Murillo es mucho más grave.
Tan es así que por eso cierto sitio que solía ser pejista y ahora es peñanietista, y que recibe línea del PRI a cambio de chayo, ha insistido en difundir lo de Góngora -para hacer cortina de humo por lo de Murillo Karam- inclusive tratando de embarrar a AMLO cuando nada tiene que ver.
No se dejen ver la cara. En lo de Góngora hay procesos judiciales. Lo de Murillo sigue en la impunidad.
PD: Aclaro: Góngora debe darle pensión a sus hijos le guste o no. Eso no está a discusión. Lo que sí me parece que no debe perderse de vista es que el PRI está usando un asunto privado de alguien que no es funcionario para tratar de tapar un caso mucho más grave que sí involucra al titular de la PGR. No se dejen ver la cara.
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