Pemex está demandando a César Nava, quien fuera director jurídico de Pemex de 2001 a 2003, por haber ordenado a una subalterna no cobrarle 102.8 millones de dólares a las empresas Siemens y SK Engineering por sobreprecios que empezaron a cobrar desde agosto de 2000.
Es decir, el fraude en realidad se inició en los últimos meses del sexenio del priista Ernesto Zedillo.
Sin embargo, el PRI en quien se está enfocando es en César Nava solamente.
Eso lo que sugiere es que el PRI está buscando otro quinazo para ver si logra que el PAN ya no se la haga de tos por la red de delitos electorales que tiene armada en todo el país.
El problema, como bien indica Álvaro Delgado, es que nadie en el PAN va a meter las manos al fuego por César Nava.
Si usted pregunta entre los panistas, Nava se convirtió en una enorme decepción para muchos en el PAN precisamente por dejarse llevar por el canto de las sirenas tanto en Pemex como con Felipe Calderón.
Y más bien lo que hay es rechazo a lo que Nava terminó representando; el abandono de los principios del PAN.
¿De qué le va a servir entonces al PRI la acusación contra Nava? Pues para tratar de usar el tema con fines electorales, particularmente en estados como Baja California y Veracruz, donde el PRI tiene el mayor riesgo de perder.
Pero insistimos: el fraude del cual se le acusa a Nava fue iniciado por el PRI en el sexenio de Zedillo, mucho antes de que Nava fuera funcionario de Pemex.
¿Cómo es que no se está acusando igual a los funcionarios priistas que permitieron que Siemens cobrara con sobreprecio?
Pues porque al PRI no le importa la justicia. Le importa el golpeteo político-electoral.
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