De acuerdo con Reforma, el común denominador de las consignas de los sindicatos, a pesar de que no tenía que ver, fue respaldar a la "educación de calidad", en obvia referencia a la reforma educativa que ha sido repudiada por la disidencia magisterial.
Fue la CROC, por ejemplo, la que colocó una manta frente a Palacio Nacional respaldando a la educación de calidad, vivienda digna y autonomía sindical.
El sindicato de ferrocarrileros, por su parte, agradeció a Peña Nieto por algo que nisiquiera se ha hecho: la iniciativa para la creación de nuevos trenes de pasajeros.
Uno de los símbolos del clientelismo sindical en la era del viejo PRI era el acarreo de sundicalizados en los desfiles del día del trabajo precisamente para cantarle loas al presidente en turno.
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