lunes, 27 de mayo de 2013

Barack Obama no ganó con internet ni con redes sociales, demuestran

Portada del libro
The Victory Lab
Por Victor Hernández

El mito y el cliché sobre el triunfo de Barack Obama en 2008 es que ganó gracias a internet y a redes sociales.

Pero si eso fuera cierto, Obama hubiera retenido el control del Congreso norteamericano.

¿Entonces qué pasó? Esta es la respuesta:

La historia completa de cómo operó Obama su campaña en 2008 se relata en el libro del investigador Sasha Issenberg, The Victory Lab, el cual muestra cómo las campañas políticas en Estados Unidos empezaron a abandonar a los medios tradicionales (TV y radio) para usar un métido de medición del electorado y luego microcampañas para queda sector. El esquema se llama "microtargeting."

Este esquema requirió de un enorme esfuerzo de medición de bases de datos de electores en Estados Unidos. Expertos en estadística hacían un perfil de cada elector y determinaban por medio de un algoritmo qué tan probable era que votaran por Obama o por otro candidato.

Una vez que se tenían los perfiles de millones de electores se tomó una decisión: Ignorar a los que no iban a votar por Obama y hacer campaña sólo para los que podrían votar por él, pero usualmente no votan, ya sea por flojera, por apatía, etc. Nisiquiera eran los indecisos, sino los apáticos pero liberales.

De esa manera, Obama aseguró una cantidad lo suficientemente fuerte de nuevos electores para ganar las elecciones.

¿Cómo los convención Obama? No con anuncios de televisión, sino con anuncios en autobuses, en espectaculares, en periódicos escolares y en medios no convencionales. La idea era no gastar en TV y radio porque hacer campaña de manera tan generalizada sólo era undesperdicio de dinero y no garantizaba resultados.

¿Y el internet?

El uso de internet fue mínimo para fines de convencimiento del público en la campaña de Obama. Sí fue usado, pero sólo para sectores de electores por podrían votar por Obama si se les daba un empujón.

Ejemplo: Los analistas de Obama encontraron que entre los jóvenes Obama le ganaba por mucho al republicano John McCain en simpatías.

Encontraron también que la presencia de un adolescente en algunos hogares aumentaba la posibilidad de que en ese hogar se simpatizara con Obama.

Por consiguiente, la campaña de Obama pagó por anuncios en Facebook y en videjuegos. Pero no para convencer al público en general, sino sólo a un segmento muy específico del electorado.

Y no, este segmento no hizo la diferencia, ya que eran muchos los segmentos de "microtargeting" a los que la campaña de Obama tenía en la mira.

Es decir, Obama usó internet para ir por los que podrían apoyarlo, no para la población en general.

El segundo uso que Obama le dio a internet fue su página web. Pero no para promocionarse, sino para que sus simpatizantes pudieran acceder a una base de datos de teléfonos de posibles votantes y les llamaran por teléfono para decirles que fueran a las urnas.

De nuevo, internet no se usó para el público en general, sino sólo para movilizar simpatizantes. Y lo que le dio el triunfo no fue la internet, sino las llamadas telefónicas y campañas puerta por puerta.

Ya se lo que van a decir: "¡Pero si Obama tenía millones de seguidores en Twitter y Facebook!" Pues sí, pero esos seguidores eran los que ya estaban convencidos de votar por los Demócratas de todos modos.

Dato curioso: En 2010, ya de plano en la desesperación porque los Demócratas iban a perder la cámara baja, Obama se puso a mandar un montón de tuits pidiendo a la gente que lo apoyaran. ¿El resultado? 10 mil seguidores lo dejaron de seguir en cosa de minutos por espamear.

En realidad el secreto de la campaña de Obama fue el activismo puerta por puerta, las llamadas telefónicas y los análisis del comportamiento poblacional que su gente hizo en base a bases de datos comerciales, a datos del Censo y datos del registro de electores.

Internet tuvo en realidad poco que ver.

¿Por qué digo todo esto? Para que no se dejen engañar por los vivales que les quieran vendar la gran solución electoral con internet y Twitter. Eso en realidad no funciona tanto como saber quienes son los posibles electores y enfocar la campaña en ellos.

Redes sociales para lo que sirven son para movilización de simpatizantes y dufusión informativa, pero esa estrategia electoral tiene otra metodología y otras reglas mucho más específicas que simplemente tuitear.

En otras palabras, redes sociales sirven, pero no para lo que se cree que sirven. Ese es el error que comenten lo políticos hoy en día.


PD: A Dante Delgado, de Movimiento Ciudadano, le vendieron que lo iban a apuntalar con internet en 2009 y 2010 y a la mera hora lo dejaron colgado de la brocha. Todo por creer que le iban a hacer una campaña como la de Obama.

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