El diario Publimetro publicó ayer una nota en la cual reproduce las quejas de algunos usuarios de redes sociales por el hecho de que el sello "Marca Chiapas" se usa para promover la venta de un supuesto cinturón de castidad hecho por de metal por artesanos chiapanecos.
Que porque "no es permisible que el estado (de Chiapas) olvide la lucha de equidad, respeto y visibilidad, (y esté) a favor de intereses mercadotécnicos."
El detalle es que el supuesto cinturón de castidad no existe como tal y sólo se han vendido cuatro réplicas para ser exhibidas en museos, no para el uso de una persona.
Lo cual, por cierto, sería una estupidez, ya que para un cinturón de castidad funcionara, se tendría que hacer a la medida de la persona que se lo va a poner. Y aún así sería una idiotez ponérselo debido a que causaría todo tipo de problemas de salud.
Y es que los cinturones de castidad son un mito. Nunca existieron en la edad media y se les menciona por primera vez en poesía del Renacimiento.
Sin embargo, los cinturones de castidad no se fabricaron sino hasta el siglo 19 no para que los usaran las mujeres, sino para que no se masturbaran los jóvenes.
Los cinturones de castidad que se hicieron después han sido parafernalia sadomasoquista para relaciones consensuadas de esa naturaleza entre adultos.
Razón por la cual me resulta completamente idiota que alguien se queje de que una artesanía que no es para usarse, sino para mostrarse, sea una afrenta a la equidad.
En vez de estar haciendo pancho por una artesanía erótica, mejor que se quejen de que a los indígenas chiapanecos los siguen explotando, y a las mujeres sexualmente en algunos casos.
Pero con esa explotación nada tiene que ver el cinturón de castidad, sino el machismo y falta de autoridades que traten a los indígenas como seres humanos.
Foto: Publimetro
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