De acuerdo con una nota publicada en Reforma, 6 millones de niños y jóvenes de entre 3 y 17 años de edad no acuden a la escuela en México según datos de la UNIFEC.
Fue Isabel Crawley, representante de la UNICEF en México, quien dio los datos, y señaló que "las razones por las cuales se encuentran fuera (de la escuela los menores) están relacionadas por la lejanía de los centros escolares, la violencia, la falta de recursos económicos para la vestimenta y alimentación, así como la falta de pertinencia cultural en los contenidos educativos."
El Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE), por su parte, sólo reconoce 1.5 millones de niños que no pueden ir a la escuela.
Peor: dice el CONAFE que llevará conectividad, sistemas y equípo de cómputo a las comunidades más apartadas a fin de abatir la brecha digital, y que se requiere pasar de los libros a contenidos digitales.
Lo cual obliga a preguntar: La UNICEF le está diciendo al gobierno federal priista que 6 millones de niños y jóvenes no pueden ir a la escuela por que NO HAY ESCUELA y porque NO TIENEN PARA COMER, ¿y el gobierno federal pretende llevarles computadoras?
¿Qué clase de tomada de pelo es esa?
Peor: la reforma educativa de Enrique Peña Nieto no corrije ni la falta de escuelas, ni la pobreza, ni el hambre, ni la irrelevancia cultural de los contenidos educativos. Su principal intención es ¡evaluar a los maestros!
¿Los maestros van a construir nuevos planteles? ¿Le van a dar de comer a los niños? ¿Van a hacer relevantes los contenidos diseñados por la SEP?
Ese es el gran engaño de la reforma educativa. No está enfocada en resolver los problemas de fondo del rezago educativo en México. Sólo está enfocado en tener amenazados a los maestros para que no protesten y no exijan soluciones a los problemas de fondo en la educación.
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