Reforma publica el día de hoy la mejor muestra de que nisiquiera la gente más pobre del país acepta a la Cruzada contra el Hambre como una manera de resolver la pobreza.
En un extenso reportaje sobre campesinos de la región Centro de Guerrero, donde la tercera parte de los habitantes no tiene alimentos suficientes, pequeños productores de amaranto y artesanos rechazan las despensas y dádivas por el estilo. Se quejan de que no han recibido apoyo para producir sus productos y piden que ese sea el enfoque de la ayuda del gobierno.
"Si quieren acabar con la pobreza y el hambre en Guerrero, que nos apoyen y nos enseñen a hacer de nuestro oficio nuestra forma de subsistencia. Las láminas de cartón no nos dan de comer; nos ayudan a tener nuestra casa mejor, sí, pero no nos dan de comer. Los apoyos de Oportunidades sí nos dan de comer, pero un rato, ¿y luego qué? En cambio nuestro oficio nos da de comer siempre y es ahí donde no nos ayudan", dice un artesano de Guerrero que lo que pide no es una despensa, sino que le compren directo y no se enriquezcan los intermediarios.
"Si de veras quieren ayudarnos, que nos ayuden a sacar nuestros productos, a vender nosotros directamente, a evitar intermediarios, así vamos a poder vivir mejor, lo demás son apoyos bienvenidos, pero nos van a durar poco", agrega.
Una mujer productora de amaranto que subsiste vendiendo alegrías, y quien probablemente dejará de hacerlo debido a que los 400 pesos que le cuesta sembrar el amaranto es más dinero del que le deja la venta de las alegrías.
Y es que en las comunidades rurales de Guerrero la comida chatarra acabó con la venta del amaranto, que sí es nutritivo. En vez de comprar alegrías, la gente prefiere comprar galletas y refrescos.
El quelite, señala Reforma, que sí es nutritivo, fue sustituído por sopas Maruchan y el atole por refresco.
Hace dos años, dice la campesina, le pidió ayuda para producir amaranto al gobierno federal cuando la gente de Felipe Calderón fue a preguntarles qué necesitaban. Le dieron piso firme, pero no ayuda para producir lo que realmente le daría de comer.
¿Qué es lo que va a hacer la Cruzada contra el Hambre? Dar despensas en vez de generar empleos o apoyar a los pequeños productores. Es decir, mantener a la gente en la pobreza para poder comprarles su voto.
Vamos, lo dijeron los funcionarios de Javier Duarte en el Sedesol-gate.
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