El gobierno priista, tanto a nivel estatal como a nivel federal, ocultó la cantidad de muertos que dejaron más de hora y media de balaceras en Reynosa, Tamaulipas, el domingo pasado.
Unas horas luego de que el gobierno estatal priista de Tamaulipas emitiera un comunicado diciendo que sólo murieron 2 civiles en hora y media de balaceras, un diario de Texas soltó la bomba: no fueron 2, sino casi 40 muertos.
La fuente del diario tejano The Monitor es un agente de la policía de Reynosa que pidió el anonmiato, quien describió que fueron los propios grupos del crimen organizado los que se tuvieron que llevar a sus muertos en 4 camiones porque eran por lo menos 3 docenas de cadáveres.
Relata además que hubo dos autos baleados -uno de ellos cerca de la PGR- con 7 pasajeros muertos que no reportó el gobierno priista en su comunicado.
Peor: el gobierno federal sabía lo que estaba pasando pero el ejército no intervino sino hasta 2 horas después de iniciadas la balaceras.
Luego de eso el gobierno federal dijo que ayudaría a las autoridades de Tamaulipas.
Pero a la hora de la hora, y pese a que la policía local fue testigo de los muertos que realmente hubo, ni el gobierno estatal priista, ni el federal, admitieron lo que había pasado.
La razón es sencilla: Para no admitir que la violencia sigue desbordada con Enrique Peña Nieto, quien continúa la estrategia de guerra contra el narco de Felipe Calderón.
Porque si lo admitieran, tendrían que admitir que el de Peña Nieto es un gobierno fallido.
Y lo cual es indicativo de lo que será la estrategia de seguridad pública de Peña Nieto: la mentira y el ocultamiento.
Pero la verdad finalmente se supo gracias a internet.
Peor: Los medios no cuestionaron el comunicado del gobierno priista. Eso se puede entender en base al miedo que tienen los periodistas de que los maten por reportar la verdad. Pero ¿y el gobierno federal? ¿A qué le podría temer?
Sólo a una cosa: a que la gente confirme que Enrique Pelña Nieto es un inepto que nunca debió haber llegado a Los Pinos, y a quien el país, como a Calderón el sexenio pasado, ya se le salió de las manos.
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