Ha sido tan grande el escándalo por el hecho de que el nuevo Papa argentino, Francisco, cuyo nombre es Jorge Mario Bergoglio, colaboró con la dicradura argentina de Rafel Videla que ayer la derecha tuvo que buscar la manera de contrarrestarlo.
Lo que al parecer se les ocurrió fue poner a declarar a favor de Bergoglio al premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quien dijo lo siguiente:
"Hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no. A Bergoglio se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas. Personalmente (sé) que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes, y no se les condecía."
Remató diciendo:
"No hay ningún vínculo que lo relacione (al nuevo Papa) con la dictadura."
Dos cosas al respecto:
1. Pérez Esquivel no presentó ninguna evidencia para respaldar sus dichos. Simplemente se basó en su opinión.
2. Se equivoca; no se le acusa a Bergoglio de no haber hecho lo suficiente para sacar a dos sacerdotes Jesuitas de la cárcel; se le acusa de haber ayudado a que los metieran a la cárcel.
De eso sí hay pruebas. Las más contundentes son los testimonios de los dos sacerdotes jesuitas que fueron a la cárcel. Uno de ellos en particular, Orlando Yorio, denunció que fue Bergoglio el responsable de que fueran a prisión por haberlos acusado de subverivos, lo cual causó que los militares argentinos los torturaran durante 6 meses para luego desterrarlos.
Todo está plenamente documentado en el libro del periodista Horacio Vervitsky, quien declaró en 2005:
"(Bergoglio) es un hombre muy culto y tuve buena relación con él, incluso en el libro agradezco su colaboración para conmigo. Pero Bergoglio tuvo la desgracia de que yo encontrara en la Cancillería la documentación que lo implica directamente con la represión en términos de complicidad terminante. Palmeaba a los sacerdotes con fuerte trabajo social y luego los denunciaba como subversivos ante los militares. ¡No inventé nada!... ¡Lo dicen los propios documentos oficiales de la dictadura!"
DATO: Berbitzky publicó ayer una columna reiterando la existencia de documentos que incriminan a Bergoglio como cómplice de la dictadura argentina.
Así que ¿a quién le creo? ¿Al premio Nobel que sólo da una opinión, no presenta evidencias, y además ignora las evidencias que contradicen lo que alega? ¿O al periodisya que presentó documentos y testimonios de víctimas para respaldar sus acusaciones?
Al periodista, desde luego.
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