Las agencias de noticias muestran las imágenes de la gente venezolana llorando en las calles por la muerte del Presidente Hugo Chávez.
Lo lloran porque Chávez les dio lo que nunca les habían dado los gobiernos de derecha: respeto, atención, oportunidad de empleo y bienestar.
¿Alguien lloraría en México a Enrique Peña Nieto? ¿A Felipe Calderón? ¿A Vicente Fox? ¿A Salinas? Aparte de sus famliares, nadie.
No los lloraría nadie porque contrario al caso de Chávez, el caso de los priistas y panistas antes mencionados sólo le ha generado miseria, represión, desempleo, desesperación y muerte a los mexicanos.
Se podrá tener la opinión que sea de Hugo Chávez, pero es indiscutible que era querido por su pueblo. No es el caso ni con el PAN ni con el PRI.
Tal vez los mexicanos deberíamos preguntarnos lo que eso significa.
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