La muerte del Presidente Hugo Chávez deja a un importante sector de la izquierda en América Latina (aunque no a toda) sin líder emblemático a quien seguir.
Ese ha sido uno historicamente uno de los principales problemas de la izquierda: el tener que seguir a un líder emblemático para salir de la parálisis.
Ahora, sin Chávez, la izquierda enfrenta el reto no sólo de vivir sin un líder emblemático, sino de aprender a vivir sin líderes emblemáticos.
Porque si el crecimiento, éxito o fracaso de la izquierda depende de una sola figura, como lo fue Hugo Chávez durante 14 años, entonces no podrá desarrollarse de manera independiente.
La izquierda debe entender que no son los líderes emblemáticos los que hacen una causa, sino la gente que los sigue.
Y cuando la gente aprenda a seguirse a si misma, no será necesario "un buen candidato" para poder llegar al poder. Sea el país que sea.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario