El diario Libre en el Sur mostró la hipocresía e ineptitud del delegado panista de Benito Juárez, Jorge Romero, en una nota en la cual reproduce una declaración de Romero para el diario Reforma en la cual admite que no puede contra las construcciones irregulares.
Que porque no puede clausurar todas porque es "material y humanamente imposible, literalmente imposible" clausurar más de 3 obras diarias, cosa que no no cimplió, ya que sólo se han clausurado 21.
En realidad lo que dijo Romero es una admisión de incapacidad e ineptitud. Mire usted:
Según Romero, no hay en la Delegación suficientes abogados para ir a hacer las clausuras. Pero no necesita de abogados. Pero podría tener más abogados si, por ejemplo, despidiera de la Secretaría de Asuntos Sin Importancia (oficialmente llamada Coordinación de Proyectos Especiales) a Luis Mendoza Acevedo, quien tiene un sueldo de 90 mil pesos al mes sin siquiera haber terminado la preparatoria.
Tendría también Romero más recursos si en vez de despilfarrar en poner mantas por toda la delegación para auto-promocionarse, mejor le pagara a más abogados.
Pero no; el despilfarro de Romero continuará porque simple y sencillamente no le importa la gente de Benito Juárez.
No exagero. Para muestra un botón:
En marzo de 2012 blogdeizquierda.com publicó la siguiente imagen de uno de los juegos infantiles del Parque Álamos, en la Colonia Álamos. Como pueden ver, donde debería haber una ventana de plástico -para que no se cayeran los niños- el plástico estaba roto, lo cual era peligroso.
Un año después el juego sigue igual de destruido, pero la delegación, ahora con Romero de delegado, en vez de comprar una ventana nueva para que no se caigan los niños, simplemente dejó el hueco abierto, lo cual pone en peligro a los niños de caerse.
O sea que el juego dejó de ser muy peligroso para ser ahora peligroso a secas.
Si Romero no puede con algo tan sencillo como unos juegos de un parque, menos va a poder con las obras irregulares. No porque realmente no pueda, sino porque no quiere.
Y la verdad, si Romero no puede, mejor que renuncie.
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