De acuerdo con Proceso, durante las horas previas a la visita de Peña Nieto a Sinaloa 12 personas fueron ejecutadas; 7 en El Rosario, de los cuales cuatro eran policías. Otras dos personas fueron ejecutadas en la sierra de Mazatlán y otras dos en el sur de Sinaloa.
Por si fuera poco, un maestro rural de la comunidad de La Noria fue levantado y ejecutado.
Pese al desbordamiento de la violencia, Enrique Peña Nieto no hizo declaración alguna al respecto.
En Guerrero, el auditor especial del órgano fiscalizador del estado, Salvador Becerril Gómez, fue asesinado a puñaladas y golpes en el interior de su casa.
Tras el crimen, los asesinos escaparon en una camioneta propiedad del gobierno de Guerrero.
Por otro lado, en el Estado de México tres personas, incluyendo una menor de edad fueron ejecutadas en el municipio de Toluca.
De acuerdo con Reforma, una balacera en la colonia Héroes 5 de Mayo dejó un saldo de dos hombres muertos y una mujer de alrededor de 15 años muerta debido al fuego cruzado por la balacera.
La violencia en el país no ha parado desde que Enrique Peña Nieto llegó al poder.
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