Jesús Ortega, líder de la corriente Nueva Izquierda, pretende por enésima vez defender lo indefendible: haber pactado con el PRI.
Lo hace por medio de una columna publicada en Excelsior en la cual pretende convencer quien sabe a quién (puesto que la izquierda no lee excelsior) de que firmar el Pacto por México, con todo y su clara intención de privatizar Pemex y cobrar IVA en medicinas y alimentos.
Se va más lejos: llama "inútil oposición extrema" a quienes critican a los chuchos por haber firmado ese pacto.
Cito un fragmento de su columna en la que primero describe los que dice que son los grandes beneficios del pacto:
"Sin embargo, esta obviedad sigue siendo no entendida por un sector de la izquierda —refugiada en La Jornada y en Morena— que continúa desde una hipócrita “verborrea insurreccional” criticando todo esfuerzo reformista."
Pues yo ni publico en La Jornada (es más; rara vez leo La Jornada hoy en día), ni estoy a afiliado a MORENA (y critico a MORENA cuando hace mal las cosas), ni tengo discurso de "insurrección" y aún así creo que los chuchos son unos mequetrefes y unos lacayos del poder por haber firmado ese pacto.
Porque era obvio que con ese pacto se pretendía legitimar a Enrique Peña Nieto, quien hizo fraude en 2012, y abrir la puerta para privatizar Pemex y subir el IVA en medicinas y alimentos.
Los que no estamos de acuerdo con la actutud lacayuna de los chuchos somos muchos más que los que escriben en La Jornada o que se afiliaron a MORENA. Somos todos los que estamos en la izquierda y NO queremos que el partido de izquierda mejor posicionado se convierta en un apéndice del PRI, como pretenden hacer Jesús Ortega y Jesús Zambrano.
Así que el extremista es Ortega, puesto que llegó al extremo de pactar con el PRI.
Hablador.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario