Se presentaa quí lacción emprendida por varios prisioneros de una campo de la muerte montado por la dictadura militar argentina. El lugar funcionó como centro clandestino de detención bajo la jurisdicción de la Fuerza Aérea con asistencia de la Policía En la jerga de los represores era conocido como "Atila" o "La Mansión".
A pesar de los estrictos controles y vigilancia a que estaban sometidos los prisioneros alojados en la casona, una fuga fue posible y con ello el principio del fin para este Centro Clandestino de Detención. El 24 de marzo de 1978, en coincidencia con el segundo aniversario del golpe militar, Claudio Tamburrini, Daniel Rusomano, Guillermo Fernández y Carlos García lograron evadirse descolgándose desnudos y esposados desde una ventana del tercer piso. Estos hechos son recreados en la película Crónica de una fuga, del director de cine Adrián Caetano del año 2006.1 Luego de la fuga la Mansión fue incendiada por los militares y los prisioneros enviados a varias unidades penales.
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