Lo que el PRI no se atrevía hacer cuando el PAN estaba en el poder, ahora lo hacen con Enrique Peña Nieto en los pinos: postular como candidato a un acusado de asesinato.
Se trata de Jacinto Pineda Casimiro, quien se registró ayer como candidato a presidente municipal de Huautla, Oaxaca, y quien en 2004 agredió a palos al profesor Serafín García, quien murió poco después de la golpiza.
Pese a la golpiza, y pese a que su víctima murió, Jacinto Pineda nunca fue arrestado por el gobierno priista de Oaxaca. Hasta la fecha sigue impune.
Peor: ahora el PRI lo premia con la candidatura a presidente municipal que durante años no le quisieron dar por lo que hizo.
Todo porque ahora Enrique Peña Nieto permite que los acusados de asesinato puedan ser candidatos.
Ya vimos como la policía priista de San Miguel de Allende agredió a jóvenes y a turistas sin motivo. Vimos también cómo casi matan a un manifestante en San Lázaro el primero de diciembre.
Y ahora, un agresor priista de un maestro, a quien además acusan de asesinato, no sólo sigue impune, sino que además lo pretenden premiar con la candidatura a una alcaldía.
No podemos permitirlo. La izquierda debe debilitar al PRI a cómo de lugar. Inclusive si eso significa haciendo alianzas con el PAN.
"¡Pero los panistas también son asesinos! ¡Ve los muertos que dejó Calderón!" dirán algunos. Pues sí: Calderón y sus secuaces son unos asesinos, pero sólo lo pudieron hacer estando en el poder federal. A nivel local, y con la izquierda acotándolos, no podrán hacer lo mismo.
Y de lo que se trata es de parar al PRI a como de lugar. No podemos permitir que sigan agrendiendo a la gente.
Si por hacernos los puros y andar poniendo primero los "ideales", permitimos que el PRI asesino siga en el poder, seremos cómplices de esa barbarie. No lo podemos permitir. El PRI debe ser desterrado del poder medio del voto. No hay de otra para poder garantizar que los mexicanos no vivirán con miedo a ser agredidos por el gobierno.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario