El nuevo Papa, Jorge Mario Bergoglio, alias Francisco I, colaboró con la dictadura militar argentina (1976-1982) en la desaparición de dos jesuitas.
De acuerdo con una semblanza de Bergoglio por lacrisis.com.mx que data de 2006 y que se encuentra en el cache de Google, Bergoglio fue acusado en un libro de haber denunciado ante la dictadura argentina a dos numerosos sacerdotes considerados subversivos.
El mote de "subversivos" fue por haber hecho trabajo pastoral en las ciudades miseria de la capital de Argentina.
El libro titulado El Silencio, escrito por el periodista argentino Horacio Verbitsky señala que descubrió documentos oficiales de los archivos de. Estado Argentino en los que se demostrarían las graves acusaciones contra Bergoglio.
Un mes antes del golpe de estado en Argentina, dice el libro, Bergoglio le pidió a los sacerdotes Orlando Yorio y Francisco Jalics, abandonar las comunidades en las que trabajaban, pero los sacerdotes se negaron ya que no era posible por su trabajo a favor de los pobres.
Tras el rechazo, dice el libro, "en primer lugar (Bergoglio) los excluyó de la Compañía de Jesús sin informarles. Después intervino ante el arzobispo de Buenos Aires para que les fuera retirada la autorización para decir misa."
Pocos días después del golpe de estado, continúa el libro, los dos sacerdotes "fueron raptados. La suspensión del derecho a decir misa fue la señal dada a los militares de que los sacerdotes ya no gozaban de la protección de la Iglesia".
Los dos sacerdotes acusaron a Bergoglio de haberse coludido con los militares y de haberlos señalado como "peligrosos subversivos".
Verbitsky señala que "subversivo es una palabra que en el lenguaje de los militares tenía una amplia connotación que abarcaba todo: desde quienes estaban armados a los profesores universitarios; desde quienes cantaban canciones de protesta a las mujeres que llevaban minifalda; en esa época ser señalado como peligroso subversivo equivalía a una condena de muerte".
Los dos sacerdotes fueron encarcelados y torturados durante 6 meses.
Bergoglio, dice el libro, desarrolló actividad política durante la dictadura argentina en una organización de la derecha peronista que tiene el mismo nombre que una organización llamada la "Guardia de hierro", la cual estuvo vinculada al nazifascismo.
"Bergoglio formaba pare de esta organización. Cuando ocupó el papel de Provincial de la Compañía de Jesús decidió que las universidades que los jesuitas administraban en Argentina estuvieran ligadas a una asociación privada controlada por la "Guardia de Hierro", dice Verbitsky.
Verbitsky insistió en que Bergoglio todavía mantiene el control de esa organización.
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