Los primeros 100 días de Enrique Peña Nieto en el poder han sido marcados por la ineptitud, la opacidad, el autoritarismo y la muerte.
Más de 3 mil homicidios fueron registrados por el gobierno federal entre diciembre de 2012 y febrero de 2013. Sin contar las muertes de marzo, 3 mil 157 personas murieron entre diciembre y febrero como resultado de la estrategia de guerra contra el narco que Peña Nieto insiste en continuar.
El dato fue dado a conocer por un boletín del gobierno federal, reproducido por La Jornada, en el cual alega que se trata del número de muertes más bajo en los últimos 40 meses.
Sin embargo, hablar de mil muertos por mes equivale a 72 mil muertos en un sexenio de continuar la tendencia, una cantidad no muy distinta a la cantidad de muertos que tuvo Felipe Calderón.
¿Cuál cambio entonces?
Sólo uno: de nombre, ya que ahora se maquilla el nombre de las cifras. Antes la cuenta de muertos era por "homicidios dolosos". Luego Peña Nieto le cambió de nombre y le pusieron "vinculados a la delincuencia organizada", y finalmente le volvieron a cambiar el nombre a "relacionados con delitos federales."
Pero al final, es lo mismo: Es la misma guerra fallida contra el narco; el mismo fracaso de Felipe Calderón, ahora repetido por Enrique Peña Nieto, y la clara evidencia de que nada cambiará con el PRI, ya que ni pueden cambiar nada, por ineptos, ni quieren, porque a lo que vinieron no es a mejorar a México, sino a servirse con la cuchara grande.
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