La candidatura del PRI a la gubernatura de Baja California ya está decidida. Por dedazo del CEN del PRI (que es lo mismo que decir por dedazo de Enrique Peña Nieto) se designó como candidato del PRI a Fernando Castro Trenti, gris político de poco arrastre en el estado, cuya selección hizo considerar al periodista de Proceso, Álvaro Delgado, que su designación fue un acuerdo con el PAN y el PRD, que van en alianza, a cambio del Pacto por México para que el PAN siga gobernando en el norteño estado.
Pero anoche, el ex alcalde priista de Tijuana, y ex candidato a la gubernatura, Jorge Hank Rhon, dejó entrever que podría buscar la candidatura aunque el dedazo ya esté dado.
De acuerdo con El Universal, Hank declaró ayer por la noche durante un partido de los Xoloitzcuintles de Tijuana, el cual es de su propiedad:
"Yo siempre he sido muy cuidadoso, nunca digo que la mula es parda hasta que tengo los pelos en la mano, estamos viendo la convocatoria (para la candidatura del PRI), y tomaremos una decisión el viernes."
Cuando le preguntaron que si se descartaba, la respuesta de Hank fue "Nunca, hasta el 15", ya que el día 15 es cuando se supone que se cierra la convocatoria.
Y mientras que Castro Trenti está en modo de campaña desde que renunció a su curul en la Cámara de Diputados, Hank declara que "yo no sé qué haya cambiado... nada desde hace unos meses, hace dos o hace diez, seguimos."
Hank no es tonto. Sabe que ya se dio el primer dedazo de Peña Nieto y no lo eligieron a él. Y sabe también que las condiciones están dadas para que ocurra lo mismo que pasó con Ernesto Ruffo en 1989: que le den la gubernatura a cambio de legitimar al PRI tras un fraude electoral.
¿Para qué hacerla de emoción entonces?
Una de dos: O de verdad se va a enfrentar Hank a Peña Nieto, o simplemente se está prestando para una pantomima para que parezca que la elección de la candidatura de Castro Trenti fue democrática y no un simple dedazo.
Porque resulta que el 6 de febrero pasado, miles de simpatizantes de Hank -incluyendo líderes del PRI- hicieron una manifestación en la Glorieta de Cuauhtémoc, en Tijuana, para apoyar su candidatura.
Y tacharon a la candidatura de Castro Trenti, además, de imposición.
Una división en el priismo de Baja California garantizaría la derrota del tricolor y la permanencia del PAN en el poder, pero ahora con el PRD de aliado. Mediáticamente, sería un golpe bastante fuerte para Peña Nieto: su supuesta popularidad sería ficticia y no lograría ganar una elección importante.
Por otro lado, sería una factura que Peña Nieto tendría que pagar para intentar legitimarse.
Lo interesante será ver qué hace Hank luego de que le digan que no; que de todos modos aunque haga pataleta no le van a dar la candidatura.
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