Increible pero cierto: Por mucho, la más lambiscona de las primeras planas de hoy, respecto al arresto de Elba Esther Gordillo es la de La Jornada, el "mejor diario del mundo" según Andrés Manuel López Obrador.
Y es que mientras que las 8 columnas de Reforma son el titular "Dan Golpe Maestro", las de Milenio "La tumbaron" y las de El Universal "Elba, Presa", las de La Jornada son este titular: "Muestra Peña su poder; cae Elba Esther Gordillo."
No. El quinazo a Elba Esther Gordillo no demuestra ningún poder de Peña Nieto. Por el contrario. Lo que demuestra es la profunda debilidad, ilegitimidad y crisis de credibilidad de Peña Nieto, situación que pretende solucionar con un quinazo, como en su momento hizo Carlos Salinas de Gortari y como en un principio quiso hacer Felipe Calderón. Mire usted:
Las razones de la debilidad, ineptitud, e ilegitimidad de Peña Nieto son varias. La más notable es su nula capacidad para reducir la inseguridad en el país. No sólo no se han reducido las balaceras, los ejecutados y la violencia en general, sino que además no se ha cambiado la política de guerra contra el narco de Felipe Calderón. En menos de tres meses, Peña Nieto ha demostrado ser una copia de Calderón en ese rubro. Y Calderón fracasó en ese rubro.
Por si fuera poco, no dejan de aparecer grupos de autodefensa, lo cual es indicativo de ingobernabilidad en México. Simple y llanamente, Enrique Peña Nieto no gobierna donde sí gobiernan los autodefensa y donde el narco hace lo que se le pega la gana, incluyendo casos como el de Michoacán, donde el narco alega que pactó con el PRI.
Aumenta además el descontento por la intención de Peña Nieto de subir el IVA y de imponerlo en medicinas y alimentos y por privatizar Pemex. Vaya, ayer mismo organizaciones priistas advirtieron que el IVA en medicinas y alimentos le podría costar al PRI las 14 elecciones estatales de este año según declaraciones de la organización adherente al PRI "Democracia 2000", misma que calificó de incongruente que la dirigencia del PRI apoye el tema de acuerdo con Reforma.
Curiosamente, los grupos adherentes al PRI acusaron que los exluyeron de la Asamblea Nacional del partido, lo cual pone en evidencia las fuertes fracturas dentro del tricolor, ya que estas organizaciones de plano están llamando a la dirigencia del PRI "club de Toby" y la acusan de hacer una convocatoria "amañada", haciendo a un lado a los que "le sumaron votos de Enrique Peña NIeto para que llegara a la presidencia."
No es poca cosa que eso se esté ventilando. Demuestra que la debilidad de Peña Nieto causó fracturas hasta dentro de su propia gente.
Es ahí donde encaja Elba Esther Gordillo. Lo que era al principio una pantomima de Gordillo contra la reforma educativa subió de tono y se convirtió en un golpeteo directo de Gordillo contra Emilio Chuayffet, titular de la SEP. Es decir, en otra división entre los aliados de Peña Nieto.
Además de las divisiones, también es componente de la crisis de Peña Nieto la ilegitimidad del fraude electoral que perpetró en 2012, controversia que ahora se revive gracias al Pemexgate 2 por el mega-préstamo de Pemex al sindicato petrolero, mismo que ayer el PRD pidió al IFE investigar, y que despertó la sospecha de que se desvió dinero de la paraestatal a la campaña de Peña Nieto.
Si a eso le sumamos que las constantes pifias de Peña Nieto lo han hecho ver ante la opinión pública como un ignorante que nisiquiera deberia esta en el cargo, entonces lo que tenemos es una crisis de debilidad política, de ineptitud gubernamental y de falta de legitimidad que pone en entredicho la permanencia del PRI en el poder a menos de 3 meses de haber llegado al gobierno federal.
La solución de Peña Nieto a esta crisis ha sido recurrir al quinazo, como en su momento lo hizo Carlos Salinas de Gortari ante la ilegitimidad que le dio el fraude de 1988.
Y si bien Elba Esther Gordillo sí tiene cola que le pisen, también la tienen muchos priistas como Romero Deschamps, Arturo Montiel, Humberto Moreira, y muchos más, a quienes Peña Nieto no va a tocar.
Y lo cual confirma que lo de Elba Esther Gordillo es un quinazo para tratar de ocultar su debilidad.
De lo que Peña Nieto al parecer no se da cuenta, es de que no se puede tapar un desastre de ese tamaño, como lo es su administración, con un simple quinazo.
Vamos, precisamente por eso Felipe Calderón no lo hizo a pesar de que lo propuso en 2006.
Así que lo que está demostrando Peña Nieto es que es débil e ilegítimo. Si no lo fuera, no necesitaría de un quinazo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario