El jueves pasado el diario El País publicó evidencia dura de actos de corrupción por parte del antes dirigente del franquista Partido Popular y hoy presidente español, Mariano Rajoy.
La evidencia es un registro de contabilidad secreta escrita a mano por el ex tesorero del PP, Luis Bárcenas, en la que documenta que dirigentes de ese partido de extrema derecha recibieron dinero de constructuras y otros empresarios.
Rajoy ha negado varias veces que haya recibido ese dinero, ofreciendo inclusive mostrar su declaración de bienes.
(Sí, como si alguien que recibe dinero ilegal fuera tan idiota como para ponerlo en su cuenta bancaria y luego mostrala públicamente. Vamos, Enrique Peña Nieto por eso mejor no puso cuánto dinero tiene en sus cuentas bacanrias.)
La palabra de Rajoy al parecer no vale mucho, porque no sólo han habido protestas exigiendo que dimita, sino que ayer, de acuerdo con AFP, el PSOE, partido dizque de izquierda de España, pidió que Rajoy abandone la Presidencia de España porque "no puede dirigir nuestro país en un momento tan difícil."
(Paréntesis: Aún con la mala fama de Rajoy, el PSOE está 4 décimas de punto ABAJO del PP en intención de voto. Así de masoquistas son los españoles.)
¿Qué le importa a México todo esto? Pues que Pemex pretende darle contratos multimillonarios a astilleros de Galicia para construir embarcaciones para la paraestatal. Eso fue usado como gancho electoral por el PP para ganar elecciones en Galicia.
¿Quién nos asegura que el dinero de los mexicanos no va a acabar en lanos de Mariano Rajoy por algún soborno de empresarios constructores o de astilleros?
Mientras Rajoy siga en el gobierno español, Pemex NO debe darle a España ningún contrato. Punto. Ya suficiente tenemos con la mala administración de Pemex y CFE por parte del PRIAN como para encima estar con la duda de que Rajoy se pudiera embolsar dinero de los mexicanos.
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