lunes, 11 de febrero de 2013

La verdadera razón de la renuncia de #BenedictoXVI: Lo rebasaron los tiempos #elpapadimite

Por Victor Hernández

Soy ateo y no simpatizo con ninguna relgión, aunque respeto el derecho que tienen todas las personas a creer en lo que quieran.

Sin embargo, la iglesia católica no es simplemente una fe: es una institución que ha dominado el proceder de millones de personas en gran parte del mundo desde hace siglos.

Es por eso que me parece bien que renuncie a su cargo el Papa Benedicto XVI argumentando que ya no tiene fuerzas debido a su edad. Porque está admitiendo que la iglesia ya fue rebasada por los tiempos.

Digo esto en base al comunicado del propio Joseph Ratzinger sobre su renuncia. Dijo:

"En el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado."

La clave es "el mundo de hoy". Ratzinger está admitiendo que la institución del papado ya fue rebasada por los tiempos. La institución de la iglesia católica como la conocemos, por lo tanto, ya no funciona dentro de la realidad actual.

¿O cuántos años más pretendía la iglesia que la gente le creyera que un hombre de edad avanzada rodeado de lujos es el representante de un carpintero de 33 años que viva en la pobreza?

¿Cuántos años más pretende la iglesia católica que le crean que son quienes para decir qué puede o qué no puede hacer la gente en la era de la equidad de género y de orientación sexual?

Fue muy saludable, por lo tanto, que Ratzinguer simplemente tirara la toalla y dijera "ya no puedo."

Lo mismo deberían hacer el resto de los sacerdotes católicos que aún creen que pueden sostener un modelo de institución religiosa de hace milenio y medio.

Tal vez sería tiempo para que la iglesia católica aprenda del ejemplo de Ratzinguer, acepte que ya no tiene fuerzas para enfrentarse al mundo actual, y dedicarse a alguno mucho más sencillo: la práctica del cristianismo.

¿O no preferiría usted un Papa de 33 años, con una novia liberada sexualmente que predique con el ejemplo la austeridad y el amor al prójimo?

Sólo eso podría garantizar la supervivencia de la iglesia católica.

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