Prólogo:
Este texto del brillante periodista Horacio Verbitsky, La noche más oscura, su homonimia con el reciente filme sobre los sucesos que condujeron al fusilamiento sin juicio previo o con un juicio ya previamente dictado, de Osama Bin Laden. El filme Zero Dark Thirty ( directora Kathryn Bigelow) es digno de verse, no se trata de propaganda oficial o una versión más del mito de la caída, en particular, del fusilamiento del líder fundamentalista, al contrario el filme muestra algo muy claro: no hay peores oídos y ojos que aquellos que no quieren ver lo que está ocurriendo, a él y a otros.
El filme muestra cómo una forma de hacer política ya no tiene razón para sostenerse; forma de hacer política sostén de eso que se llama partidos políticos o movimientos de regeneración. ¿De qué se trata? Se trata de que una de las razones que sostenía la política hasta el 11/09 ha muerto y lanza una pregunta: Si Dios ha muerto –no es lo mismo que decir “Dios no existe”-si ya ocurrió esa muerte, los políticos ya no tienen razón de ser, entonces ¿Cómo pasar a otra cosa?. Además, el sistema capitalista se tomó en serio esa constatación y práctica una respuesta. La política estaba organizada por una trinidad teológica: Ejecutivo-Legislativo-Judicial, versión laica de Dios-Espíritu Santo-Hijo. Esa pregunta no es ¿Existe Dios o o existe?, una pregunta formulada por Pascal y su famosa apuesta. Gracias a Gilles Deleuze se puede tomar la frase de Nietszche “¡Dios ha muerto!”, decir eso no es afirmar que existe o que no existe. A partir de allí surge una pregunta que nos concierne: no hay razón para que el hombre y la mujer construidos por ese Dios sigan existiendo, en consecuencia, se trata de pasar a otra forma de mujeres, hombres, de mujeres color de hombres, de hombres color de mujeres, es la apertura del todo de la diversidad.
El texto de Horacio Verbitsky, La noche más obscura, informa con datos duros respecto de una ficción cuyo tejido organiza la “realidad” y por eso tiene efectos subjetivos, económicos, éticos y varios más
La noche más oscura, por Horacio Verbitsky
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