Dos veces se ha devaluado 50% el peso mexicano. Pocos días después de que iniciara su sexenio Ernesto Zedillo, en 1994, y luego en 2008, con Felipe Calderón.
Las dos veces la izquierda ha criticado fuertemente al PRI y al PAN por su ineptitud en le manejo de la economía mexicana. Y ha hecho bien en criticarlos.
Pero ahora el país que tiene que devaluar su moneda casi 50% (en realidad poco más de 46%) es Venezuela con el gobierno de Hugo Chávez. Y la izquierda no ha dicho nada.
Seamos honestos una devaluación así no se la toleraríamos a Enrique Peña Nieto. Vamos, no se la toleramos a Felipe Calderón. ¿Por qué entonces el silencio con el caso de Venezuela?
Según el gobierno venezolano, la devaluación es para que se mejoren las cuentas del gobierno, el cual tendría un déficit de 16% de acuerdo con analistas citados por Reforma.
Pero ahora, por cada dólar que venda PDVSA, la petrolera venezolana que es parte del estado y parte de empresas privadas (modelo que NO debe copiar México) Venezuela tendrá más bolívares.
Lo cual tendría sentido sí y sólo sí se ordena congelar los precios de las mercancías.
El problema es que los artículos de importación que se necesiten para el mercado interno ahora serán más caros.
Yo no se qué tipo de ingeniería económica estén haciendo en Venezuela, pero una cosa sí es cierta: en México no toleraríamos que el gobierno devalúe el peso de esa manera.
Lo cual una vez más pone en entredicho la eficacia del chavismo como modelo a seguir por América Latina, como proponen algunos en la ultra-izquierda.
¿Entienden ahora por qué Andrés Manuel López Obrador no menciona nunca a Hugo Chávez ni pretende comportarse como él?
En todo caso, quienes se han comportado como Chávez con sus devaluaciones son el PAN y el PRI.
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