Una vez más Josefina Vázquez Mota dio señales de alinearse con Enrique Peña Nieto.
Luego de que el primero de diciembre Vázquez Mota acudiera al mensaje de Peña Nieto por su toma de protesta en Palacio Nacional, ayer, de acuerdo con El Universal, en el marco de su participación en el evento del segundo informe de labores del presidente municipal Eduardo Rivera Pérez, la ex candidata del PAN a la presidencia no quiso hablar del caso Monex.
El silencio de Vázquez Mota resultaría extraño si consideramos que apenas la semana pasada el PAN se quejó del desempeño del IFE respecto al dictamen de gastos de campaña de Peña Nieto.
De nada quiso hablar Vázquez Mota más que del alcalde poblano.
"Vázquez Mota lució sonriente y evitó a toda costa cualquier cuestionamiento relacionado con el proceso electoral federal de 2012 o su futuro político", dice la nota de El Universal.
Pues está muy sencillo.
Vázquez Mota cree que puede ser la nueva presidente del PAN.
Para lograr eso, y quitarle el control al calderonismo, ella cree que tiene que congraciarse con Enrique Peña Nieto.
El detalle es que si se congracia con Peña Nieto, entonces el PAN deja de ser oposición y se convierte en otro PVEM.
Con lo cual los militantes que aún quedan en el PAN tienen dos opciones:
1. Un PAN calderonista que va a seguir con las mismas prácticas del PRI como el dedazo, los fraudes internos y el autoritarismo de una sola figura.
2. Un PAN chepinista que va a estar relegado a lo que le diga Peña Nieto en pago por favores recibidos.
¿No les gusta ninguna de las dos opciones? La solución entonces es sencilla: Darle voto de castigo a los dos votando por la izquierda.
Sólo así se logrará derrotar al PRI y sólo así el PAN tendrá que pensarla dos veces antes de convertirse en otro remedo del PRI.
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