Prólogo:
Hoy es el aniversario del asesinato de Francisco I. Madero, un telepata receptor que escribió bajo dictado espírita una gran parte de La sucesión presidencial. Decía Lacan que la acción del psicoanalista opera como mediadora entre el hombre preocupado y el sujeto del saber absoluto…Mejor pues que renuncie, a esa práctica, la del psicoanalista, quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época. ¿Cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vidas aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un movimiento de la cultura a la que pertenecen –analista/analizante? Algunos casos de gente rara, rarita, gente que pertenece a ese universo cotidiano donde se presenta el componente raro –queer- de cada locura, esas experiencias raras han marcado el despliegue teórico del psicoanálisis: para Sigmund Freud fueron los interrogantes que le planteó el Dr. Schreber; para Jacques Lacan se encuentro con los actos de las hermanas Papin, con el amor de su Aimée, luego su última estación ante los escritos de James Joyce.
La experiencia espiritista de Francisco I Madero fue parte, formó parte de la construcción de la vida política, social y económica del México actual. En México las practicas espirituales, espiritas de Francisco I. Madero han sido ninguneadas en los medios del psicoanálisis con la excepción de la tesis: MADERO: las otras voces,(1994) escrita por Jesús Ernesto Duque Padilla.
Parafraseamos elementos nodales de esa investigación. Francisco I. Madero es parte de “nuestra” historia contemporánea. Fue la figura nodal de la Revolución Mexicana. El “apóstol de la democracia” ha sido objeto de infinidad de ensayos y estudios orientados desde las más diversas disciplinas, pero nadie se había ocupado de investigar su experiencia en la transmisión del pensamiento: la telepatía. Eso se lo ha calificado de “locura” o “psicosis”. Un humorista, señaló J. Allouch, ha hecho una distinción: "oración/plegaria" es dirigirse a Dios, se la llama “creyente” mientras que cuando Dios se dirige a alguien, a ese alguien se le llama "esquizofrénico »,”psicótico”,”delirante”…
Francisco I Madero, formado en la escuela francesa del espiritismo, allí donde conoció la práctica de la homeopatía, a Madero se le dice que padecía de “delirio”/”delirios”. En francés “delire” dice dos cosas al mismo tiempo: delirar y de leer (de lire). En su forma de delirar y de leer se encuentra en el fundamento mismo de un proyecto nacional en que todos los mexicanos de alguna manera participamos.(Jesús Ernesto Duque Padilla).
Francisco I Madero fue médium escribiente; los espíritus, especialmente el de su difunto hermano “Raulito”, guiaba sus actos. Así escribe La sucesión presidencial en 1910, que marca el inicio de su carrera por la presidencia de la república. Madero realizó de forma singular su duelo por la muerte de su hermano Raulito que falleció quemado en un accidente infantil. Las últimas palabras de Raulito fueron: ‘Ya no vuelvo a ir a la cocina, mamacita’, en ese lugar encontró la muerte, un caldero de aceite hirviente cayó sobre él: bajó vivo al Hades, y subió a la tierra para contarlo antes de regresar eternamente. Ese hermano se convirtió en su “espíritu protector” y “ángel guardián”; fue una de las voces que dictaron a Francisco I.Madero los cinco primeros capítulos de La sucesión presidencial.
Aquí dejamos a los lectores la nota escrita por el profesor Daniel Alberto Chiarenza
22 DE FEBRERO DE 1913: ASESINATO DEL PRESIDENTE MADERO EN MÉXICO.
El espiritismo que rodeó a Francisco I. Madero y su asesinato crearon un ambiente místico en los días siguientes a su muerte. Al acercarse la Semana Santa, en marzo de 1913. La gente esperaba que Madero resucitará.
Texto íntegro en
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