Eso de que el Papa Benedicto XVI se va por falta de fuerzas no me lo trago.
Según el diario L'Osservatore Romano, la decisión del Papa fue tomada luego de la gira de Benedicto XVI por México y Cuba, a principios de 2012.
¿Y en todo ese tiempo -casi un año- no tuvo fuerzas para seguir en el cargo?
No se la creo. Se hubiera notado en sus presentaciones en público. Vamos, a Juan Pablo II sí se le notaba que estaba enfermo y decrépito. Pero Ratzinger ¿cuándo se le notó estar cansado?
Cierto, el señor ya va para los 90 años y no tiene el vigor de la juventud. Pero como a lo que se dedica es a leer textos en latin en algunas misas, y a saludar mientras está en una silla, realmente no es mucho el trabajo que tiene que hacer.
E insisto; se hubiera notado si estuviera mal de salud. Siempre se nota.
No, la renuncia de Ratzinger no es porque no tenga fuerzas. Es porque sabe que la iglesia tiene encima un montón de acusaciones de curas pederastas y no ha querido hacer nada al respecto.
A menos de que de aquí al 28 de febrero que deje el cargo ordene castigos para los curas pederastas, esos curas quedarán impunes. Y quedarán impunes porque Benedicto XVI no los quiso sancionar.
La situación del Papa, por consiguiente, me parece similar a la de Richard Nixon en los 70s. Renunció al cargo de Presidente de Estados Unidos para no tener que dar la cara por el escándalo de Watergate.
Ratzinger, si de a los curas pederastas en la impunidad, haría lo mismo, pero para no tener que castigar a los curas pederastas y admitir que la iglesia católica ha solapado el abuso sexual de menores.
Lo increible es que el gobernador panista de Guanajuato le quiera dedicar un monumento.
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