A estas alturas ya quedó claro que Hugo Chávez se encuentra delicado de salud por una infección de las vías respiratorias luego de que fue sometido a cirugía por el cáncer que padece, pero ni está en coma ni está moribundo, como alega la derecha.
Sin embargo, la incertidumbre que se generó en algún punto por la salud de Chávez generó un dilema para la izquierda chavista que el resto de las izquierdas en América Latina deben considerar: ¿Qué sigue después del líder?
En el caso de Venezuela, los chavistas respondieron con una retórica trasnochada que finalmente se contradijo.
Por ejemplo: De acuerdo con agencias, el portavoz de uno de los consejos comunales de uno de los bastiones del chavismo en Caracas, el barrio 23 de enero, declaró:
"El pueblo de Venezuela seguirá marcando la pauta de esta revolución más allá de que nosotros perdamos un liderazgo."
Pero luego de eso dijo:
"El pueblo, las clases oprimidas van a tomar el mandato para continuar el camino trazado por Chávez".
Er... ¿clases oprimidas? ¿O sea que luego de tantos años de chavismo en Venezuela aún hay oprimidos?
Al margen del autogol, la contraducción vino más adelante por parte del propio dirigente:
"El pueblo ve a Chávez invencible. Chávez volverá. Veremos a nuestro comandante Chávez sano, veremos a nuestro comandante Chávez libre de todo mal y hoy día lo esperamos con mucho entusiasmo".
¿Por fin? ¿Las "clases oprimidas" van a decidir o Chávez es invencible?
Lo que eso quiere decir es que los chavistas no tienen idea de qué hacer en caso de que les falte Chávez.
Es decir, no creen en un proyecto; creen en un personaje.
El problema es que en una democracia, los personajes sólo están en el poder por un periodo limitado de tiempo. Lo que debería perdurar es el proyecto.
Es por eso que Chávez buscó reelegirse todas las veces que quiera.
En México me parece que la izquierda debe tomar el caso de Venezuela como una advertencia, y en vez de estarse preocupando por el quién, debería estarse preocupando por el qué y el cómo.
Porque para la izquierda lo que debe importar es impulsar un proyecto. Si la izquierda se enfoca en impulsar personajes, y no un proyecto, no podrá convencer al electorado.
Y si no logra convencer al electorado, la izquierda no podrá cambiar al país. Y si no logra cambiar al país, ¿entonces qué caso tiene? ¿Para seguir de oposición?
Eso, la verdad, no le ayuda mucho a la gente pobre ni a la clase media que son constantemente agredidos por el PRIAN.
Por lo cual, considero, en vez de que MORENA y AMLO estén difundiendo decálogos quasi-religiosos de por qué afiliarse a MORENA, lo que deberían hacer es presentar un proyecto concreto para convencer al electorado. De lo contrario, los verán como otro partido político más, con mucha palabrería, pero sin mucho que ofrecer al electorado.
El convencimiento del electorado debe ser siempre el principal objetivo de un partido o de un movimiento político. En eso es en lo que se debe enfocar la izquierda.
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